Era una tarde del año pasado, tenía que afeitarme pero no quería salir por el calor afuera. Escribí al peluquero que siempre me cortaba el pelo si podría venir a mi casa a trabajar. En unos minutos, me respondío que sí, no había problema. Su tienda está cerca de mi departamento y me dijo que no tenía mucho negocio aquel día, llegó muy rápido. Se llama Pedro. Es moreno y flaco. No sé su edad, como en realidad, casi no hablo con ellos cuando me afeita. Pero creo que tiene como 25 años más o menos y tiene un rostro de niño. Como era la primera vez que trabajaba en mi departamento, me mandó a Read more