Verano del 16. Un compañero me recomendaba una profesora de matemáticas ya que necesitaba un refuerzo para mis metas, una profesora económica que daba clases en su casa a un grupo reducido. Una mujer simpática y agradable a la vista, las clases se hacian amenas. Día tras día, iba siendo testigo de miradas, gestos y alguna caricia que otra........hasta 2l punto que incluso me llegaba a poner nervioso. Al cabo de unos días fui solo a una de esas clases, y ella se arrimo aun más a mi, llegando a sentir su calor, su olor y su mano en mi hombro o en mi muslo. Al acabar Read more