Mi primera chica
Lo recuerdo como fuera hoy mismo, fue un 30 de diciembre de hace cuatro años.Había ido con un grupo de amigos y amigas a pasar el fin de año a una casa rural, en concreto con mi novio de aquel momento, dos de sus mejores amigos y la prima de uno de ellos, Tamara.
Llegamos a la casa el 30 a media tarde, sobre las cinco, y lo primero que hicimos fue beber entre todos una botella de tequila a palo seco. Tamara y yo congeniamos bastante bien, y bailamos y cantamos mientras los chicos abrían otra botella de la que nos pasaban chupitos. Entre el alcohol, el roce, las risas.. intercalamos algún que otro piquito que cada vez ganaba mas en intensidad. Nada que no hubiera hecho ya con muchas de mis amigas saliendo de fiesta. Pero esto era diferente, Tamara metía su rodilla entre mis piernas notando que mi boca se estremecía con cada nuevo roce.
Una de las veces que mi chico vino a traerme un chupito me abrazó por detrás y me susurró al oído que se estaba poniendo cachondo de vernos. Noté su polla dura contra mi culo y sonriendo cogí la mano de Tamara y la posé sobre su paquete.
- Qué suerte tienes -me dijo- A poco que sepa usar ese pollón... Una pena que yo sea mas de coños.
Mi chico, un poco ofendido, me dijo que nos fuéramos a la habitación. Yo, que no quería que estuviera de morros todo el viaje, le obedecí.
Una vez en la habitación, ya desnudos, él tumbado boca arriba y yo a cuatro patas mamándosela, alguien tocó la puerta. Supusimos que era alguno de sus amigos para hacer el bobo. Me puse una camiseta suya y cuando abrí vi a Tamara. Me preguntó si nos importaba que mirase. Yo le respondí que claro que no, e Iker, masturbándose, le dijo que pasase.
Proseguí con la mamada mientras la sentía a mis espaldas dar vueltas por la habitación, mirando. Sentía su ropa caer a mi lado en la cama, y cuando ya estaba en ropa interior se sentó al lado de Iker. Yo le lamía la polla mientras la miraba, ella me miraba a mi con sus manos dentro de las braguitas de encaje negro. En un momento dado se las apartó y vi un precioso coño rasurado y chorreante. Mi chico no aguantó mas y acercó su mano para tocarla. Tamara recibió sus dedos con un débil pero sensual gemido. Le puse un condón a Iker y le pedí que me follara.
Así, con mi chico metiendo sus 19 centímetros de carne en mi coño, con el ruido de sus huevos golpeando mi piel como banda sonora, fue como por primera vez acerqué mi lengua a un clítoris y lo sentí palpitar en mi boca. Quizás en alguna otra ocasión cuente la noche completa.
Besitos a quien me lea.
Llegamos a la casa el 30 a media tarde, sobre las cinco, y lo primero que hicimos fue beber entre todos una botella de tequila a palo seco. Tamara y yo congeniamos bastante bien, y bailamos y cantamos mientras los chicos abrían otra botella de la que nos pasaban chupitos. Entre el alcohol, el roce, las risas.. intercalamos algún que otro piquito que cada vez ganaba mas en intensidad. Nada que no hubiera hecho ya con muchas de mis amigas saliendo de fiesta. Pero esto era diferente, Tamara metía su rodilla entre mis piernas notando que mi boca se estremecía con cada nuevo roce.
Una de las veces que mi chico vino a traerme un chupito me abrazó por detrás y me susurró al oído que se estaba poniendo cachondo de vernos. Noté su polla dura contra mi culo y sonriendo cogí la mano de Tamara y la posé sobre su paquete.
- Qué suerte tienes -me dijo- A poco que sepa usar ese pollón... Una pena que yo sea mas de coños.
Mi chico, un poco ofendido, me dijo que nos fuéramos a la habitación. Yo, que no quería que estuviera de morros todo el viaje, le obedecí.
Una vez en la habitación, ya desnudos, él tumbado boca arriba y yo a cuatro patas mamándosela, alguien tocó la puerta. Supusimos que era alguno de sus amigos para hacer el bobo. Me puse una camiseta suya y cuando abrí vi a Tamara. Me preguntó si nos importaba que mirase. Yo le respondí que claro que no, e Iker, masturbándose, le dijo que pasase.
Proseguí con la mamada mientras la sentía a mis espaldas dar vueltas por la habitación, mirando. Sentía su ropa caer a mi lado en la cama, y cuando ya estaba en ropa interior se sentó al lado de Iker. Yo le lamía la polla mientras la miraba, ella me miraba a mi con sus manos dentro de las braguitas de encaje negro. En un momento dado se las apartó y vi un precioso coño rasurado y chorreante. Mi chico no aguantó mas y acercó su mano para tocarla. Tamara recibió sus dedos con un débil pero sensual gemido. Le puse un condón a Iker y le pedí que me follara.
Así, con mi chico metiendo sus 19 centímetros de carne en mi coño, con el ruido de sus huevos golpeando mi piel como banda sonora, fue como por primera vez acerqué mi lengua a un clítoris y lo sentí palpitar en mi boca. Quizás en alguna otra ocasión cuente la noche completa.
Besitos a quien me lea.
5 years ago