Siempre pensé que las ocasiones hay que aprovecharlas, pero aquello era el día de suerte para mi. Mi padre era afable y siempre fue una persona bonachona. Nunca imagine que aquel señor bonachón era tan dado a aventuras tan excitantes. Al morir me regalo solo una cosa. Una cosa que solo podía usarlo para cualquier cosa que no tuviera valor económico, esa era la única condición. Al quedarme sola, me consolé viendo porno, y me encantaban ver a señores maduros, aprovechándose de jóvenes inexpertas pero ansiosas de vivir experiencias extremas. ¿ Porque me excitaba tanto aquello? En mi trabajo de cr Läs mer