Follándome a su sobrino
Ayer vinieron a cenar con nosotros Manu y su sobrino Carlos de 19 años. Fuimos a cenar a un sitio que frecuentamos en el barrio Gótico. Durante la cena notaba como Carlo evitaba mirarme directamente aunque podía percibir la excitación en todos los poros de su piel. Yo mientras fantaseaba sobre la longitud o grosor de su polla o sobre sus habilidades en la cama. Pensé que sería muy sucio incluso para mi, sugerir que tío y sobrino hicieran un trío conmigo. Trío que ya habíamos consumado en varias ocasiones mi marido, Manu y yo. Manu nos pidió si podríamos tener el fin de semana alojado en nuestro piso a su sobrino, petición a la que accedí inmediatamente en parte empujado por la mirada lujuriosa de mi marido, a saber que estaba imaginando el muy pervertido. Ayer tras tomar un par de copas nos retiramos pronto a casa. Le enseñé a Carlos la que era su habitación, no pudiendo evitar que mi mano acariciara su paquete, bulto que estaba grande o creciendo. A las 4 dela noche cuando todo estaba en silencio me colé en su dormitorio, Carlos estaba tendido boca arriba y separando un poco sus piernas para palpar mejor el objeto de mi deseo, me senté de golpe sobre su polla erecta. El emitió unas palabras- te estaba esperando, palabras que yo me apresuré a taparen su boca con mi tanga mojado por mis flujos. Comencé a montármelo, a follarlo como otras veces mis amantes hacían conmigo, sin preliminares, sólo el movimiento de mis nalgas follando a mi nuevo semental, semental algo más joven pero igual de deseable que mis amantes habituales. El gruñía, gemía, agarraba mis pecho como queriendo arrancarlos de mi cuerpo mojado por el sudor y mi lujuria. De vez en cuando me apartaba para poder meter su polla en mi boca, no sé estar sin probarlo todo, pero luego volvía a ponerme encima y a follármelo más raído y más fuerte. L equite la mordaza, percibiendo algo de disgusto en la semioscuridad, le gustaba el aroma de mi coño en mi prenda. Le sugerí que no dijera nada, que mi marido nos podía oir y enfadarse, mentí, mi marido goza viéndome follar. Cuando ya estaba a punto de explotar su polla, me agarró con fuerza y dándome la vuelta me puso rápidamente a cuatro patas, como la perra que soy y como más me gusta ser follada, agarrando mi pelo, me dijo con tono sucio y jadeando, desde que te veo y me pajeo con tus fotos de xhamster, siempre he querido montarte así, me dio cuatro fuertes envestidas y descargo su corrida dentro de mi. Recogí con mi lengua los restos de su delicioso semen y llevándole a la ducha le rogué que calmara mi sed de su cuerpo. Después de una abundante lluvia dorada, me retire a dormir y Carlos a pajearse mientras recordaba como follaba a la chica conocida como durtyirene
Izbrisano
Izbrisano
Pre 5 godine/godina