CRÓNICAS CORNUDAS
Hola, mi nombre es, Juan. Tengo 46 años y soy el amante de mi vecina de enfrente. Paqui, no es su nombre real, tiene 59 años. Está casada con un hombre cinco años mayor, que es una persona excelente y con quién está muy bien. No tiene ninguna intención de separarse pero en el terreno sexual pues ya no tienen muchas relaciones. Yo también tengo pareja aunque vivo solo. Al igual que Paqui yo también estoy muy bien con mi novia, sin embargo, como creo que muchas personas, hombres y mujeres, siento el fuerte deseo de acostarme con otras mujeres. Creo que es algo natural.
Paqui y yo tenemos una relación de amistad con derecho a roce. O follamigos, como se dice ahora. Va más allá del sexo. Tenemos muy buena amistad, nos contamos nuestras cosas. En realidad es una de mis mejores amigas. Llevamos nuestra relación de una forma muy discreta. Tenemos nuestros calientes encuentros cuando podemos. El hecho de ser vecinos lo facilita. No queremos que nadie se entere, la discreción es indispensable.
Paqui es una mujer madura que no llama la atención a primera vista. Aparenta su edad. Su figura es normal, con los kilitos de más que solemos coger con la edad, pero no está gorda para nada. Es guapa y con esa cara de buena persona pero pícara al mismo tiempo. Tiene dos buenas tetas, un culo redondito y prieto y es muy caliente en la cama. Ella es una mujer ardiente que siempre tiene ganas. Le gusta hacerlo cada día si es posible... no siempre lo es, pero cuando podemos estar juntos nos desfogamos a gusto.
A ella le gusta el sexo fuertecito. Que se la follen bien follada y le digan guarradas. Le pone mucho. Es muy juguetona y me regala muchas veces poniéndose tan solo un tanga que resalta su culazo madurito que envuelve su húmedo y sabroso coño (no un coñito, un buen coño de mujer madura, con gorditos labios) y unos tacones altos que lucen sus bonitas piernas... La tengo así todo el rato. Y le encanta, le gusta sentirse muy puta de vez en cuando. Y a mí me encanta más todavía... Y folla con muchas ganas, le encanta una polla y cuando le estimulas el punto g... se corre salpicando las sabanas... a veces hasta se mea de gusto... A mí me pone muy cachondo siempre.
Me la follo sin contemplaciones, como ella me lo pide. Le digo que es una puta y su marido un cornudo y un picha fría... y eso la enciende más todavía, es nuestro juego morboso. Algún día contaré cómo pasamos de ser vecinos a amantes. La nuestra es una relación de lo más enriquecedor. Yo creo que nos aporta un extra que da a nuestras vidas algo positivo. Decididamente positivo. Yo la recomendaría a todo el mundo, incluso a mi novia. Una relación discreta y muy caliente.
Paqui y yo tenemos una relación de amistad con derecho a roce. O follamigos, como se dice ahora. Va más allá del sexo. Tenemos muy buena amistad, nos contamos nuestras cosas. En realidad es una de mis mejores amigas. Llevamos nuestra relación de una forma muy discreta. Tenemos nuestros calientes encuentros cuando podemos. El hecho de ser vecinos lo facilita. No queremos que nadie se entere, la discreción es indispensable.
Paqui es una mujer madura que no llama la atención a primera vista. Aparenta su edad. Su figura es normal, con los kilitos de más que solemos coger con la edad, pero no está gorda para nada. Es guapa y con esa cara de buena persona pero pícara al mismo tiempo. Tiene dos buenas tetas, un culo redondito y prieto y es muy caliente en la cama. Ella es una mujer ardiente que siempre tiene ganas. Le gusta hacerlo cada día si es posible... no siempre lo es, pero cuando podemos estar juntos nos desfogamos a gusto.
A ella le gusta el sexo fuertecito. Que se la follen bien follada y le digan guarradas. Le pone mucho. Es muy juguetona y me regala muchas veces poniéndose tan solo un tanga que resalta su culazo madurito que envuelve su húmedo y sabroso coño (no un coñito, un buen coño de mujer madura, con gorditos labios) y unos tacones altos que lucen sus bonitas piernas... La tengo así todo el rato. Y le encanta, le gusta sentirse muy puta de vez en cuando. Y a mí me encanta más todavía... Y folla con muchas ganas, le encanta una polla y cuando le estimulas el punto g... se corre salpicando las sabanas... a veces hasta se mea de gusto... A mí me pone muy cachondo siempre.
Me la follo sin contemplaciones, como ella me lo pide. Le digo que es una puta y su marido un cornudo y un picha fría... y eso la enciende más todavía, es nuestro juego morboso. Algún día contaré cómo pasamos de ser vecinos a amantes. La nuestra es una relación de lo más enriquecedor. Yo creo que nos aporta un extra que da a nuestras vidas algo positivo. Decididamente positivo. Yo la recomendaría a todo el mundo, incluso a mi novia. Una relación discreta y muy caliente.
6 ani în urmă
