Disfrutado por unas lobas libidinosas

Después de haber follado y vuelto a follado hasta el cansancio y el mas libidinoso desfogue sexual, la zorra facilona de mi vecina Giuliana, me invitó a una lasciva y libidinosa fiesta en la que habría unas cuantas golfas divorciadas, otras cuantas viudas lujuriosas y además un nutrido grupo morboso y lascivo de provocativas y procaces rameras transexuales en lujurioso celo.
La muy puta morbosa, me dijo que tuviera cuidado con todas porque podría caer y terminar jodiendo con alguna loba y sexy transexual en celo, porque las que por allí menudeaban eran muy lujuriosamente calientes, eran sexy y provocativas y te comían solo con la mirada…
Después de ver el percal, catar el ambiente y tomar un par de whiskys “on the rocks”, vinieron algunas conocidas de la procaz ramera de mi vecina Giuliana, que además tuvieron el buen gusto de presentarse ante mí. Vinieron 3, porque además, me echaban unas sonrisitas picaronas y querían saber por mi si era verdad la libidinosa jodienda que había tenido con Giuliana unos días atrás, una se llamaba Carlota, era morena, con cara de fulana y un lascivo culo muy tentador y follable, la segunda se llamaba Gabriela, era rubia y con largo pelo que le llagaba a la mitad de la espalda y me miraba tentadoramente como si me fuera a comer y sus redondas formas corporales invitaban a la viciosa lujuria mas furibundamente sexual.
Las tres puercas parecían tener el mismo libidinoso gusto en los vestidos, pues lo único que variaba era el color del sugestivo vestido ya que les venía muy ajustado para resaltar y acentuar libidinosamente las morbosas y tentadoras redondeces sexuales de sus lujuriosos y muy calientes cuerpos en lascivo celo.
Cuando hicimos un corrillo y me dispuse a contar mis lascivas y depravadas aventuras morbosas con la puta puerca Giuliana, la pelirroja Gabriela me susurró que ella era transexual y que porqué no nos montábamos una apetitosa y morbosa jodienda los cuatro en su casa que lo pasaríamos fenomenal y a tope. Gabriela también se lo susurró a la puta puerca de mi vecina Giuliana y le pareció perfecto.
Después de estar dos horas más en aquella reunión, que ya se iba tornando aburrida, una de las golfas, la tal Carlota propuso que nos fuéramos volando a su casa, que ella había venido en coche y que allí termináramos la puta fiesta disfrutando morbosa y libidinosamente de nuestros lujuriosos cuerpos en tentador celo.
A las puercas calentorras Giuliana y a Gabriela les pareció perfecto y entre risas de complicidad entre las tres fulanas en celo, nos largamos raudos y veloces a dar rienda sexual a la tentadora inicial proposición de la ramera concupiscente Gabriela.
Yo me senté delante al lado de la golfa Carlota que conducía el deportivo y atrás se sentaron las puercas morbosas de Gabriela y Giuliana que ya iban precalentando el ambiente, pues nada mas adentrarse en el deportivo de Carlota, se fueron metiendo mano desaforada y muy lujuriosamente
Yo estaba nervioso y muy excitado sexualmente, pues viendo lo que estaba viendo, ya me podía esperar cualquier cosa por muy rara y morbosa que esta fuera, pues durante el trayecto, la meretriz facilona Carlota me echaba una lujuriosas miradas lascivas en dirección a mi ya enhiesta pero dura verga y cuando parábamos por culpa de los puñeteros semáforos me acariciaba libidinosamente la entrepierna y se me había hecho la tienda de campaña dentro del sexy y procaz suspensorio que yo llevaba aquella noche.
Tenía la lasciva sensación de ser el chulo de aquellas tres putas libertinas que vestían como tales y aquello ya se iba caldeando gradualmente, pues atrás no solo Gabriela la transexual y la puerca morbosa de Giuliana mi vecina se comían las putas bocazas con vicio sexual y lujuriosa depravación, sino que además ya se habían sacado sus fenomenales melones de guarras procaces en celo y se los frotaban y rozaban de la bestial calentura sexual que ya tenían.
Carlota se abstenía de meterme mano por temor a tener un accidente, pero de vez en cuando nos metíamos mano aprovechando las paradas por los puñeteros semáforos.
Al llegar a su casa, yo tenía el rabo tan duro que parecía de mármol de Carrara y mis gordas pelotas estaban llenas de grumo pastoso y muy cremoso preparado para ser explotado en el lascivo cuerpo de alguna de estas tres golfas libidinosas en celo.
— Prepárate cariño, que vamos las tres a darte la mejor ración de morboso sexo que ninguna fulana te haya dado antes — comentó Gabriela lascivamente
— Si, si, esto va a ser una depravada orgía entre los cuatro, muñeco. Te vamos a hacer disfrutar como nunca, ¡cabrón vicioso! — soltó Carlota entre risas

Aparcamos el deportivo de Carlota en el garaje, nos adentramos en el ascensor y las tres golfas libidinosas ya me iban metiendo mano desaforadamente en el trayecto al piso de la loba libidinosa Carlota.

— Me estás poniendo muy perra, cariño — largó la puerca transexual Gabriela
— Ya tengo ganas de llegar a tu piso, sucia zorra — jadeó Giuliana
Llegamos al fin los cuatro al piso de la ramera Carlota y todo eran gritos de júbilo y alegría, pues la morbosa follada que me esperaba iba a ser brutal y de campeonato, ya que me había subido aún más la temperatura sexual y las lobas libertina que a mi alrededor estaban, se morían de procaces ganas de joder conmigo sin parar y a tope y sin descanso.
Carlota abrió la puerta de su apartamento y estas putas lobas procaces ya iban gritando las partes de mi cuerpo que se repartirían para darme placer y disfrutarme a tope y sin descanso.
Me llevaron las tres en volandas y empezaron a desnudarme lenta y lascivamente entre las tres mientras vociferaban entre lascivos grititos todo lo que me iban a hacer y que parte de mi cuerpo
repartirían para cada una.


— A mí, quiero que me comas el coño, cariño. Me ha dicho Giuliana que lo haces fenomenal — bramó Carlota
— Para mi es tu rabo, amor. Me encantó comerte el rabo el otro día, cabrón morboso — jadeó mi vecina la zorra Giuliana
— Deseo ese culo tuyo, muñeco. Se te adivina un culo muy petable y ese culo tiene que ser mío, sucio canalla morboso. Me he relamido toda la puta fiesta pensando en joder tu culo y llevarte a un total paroxismo anal. ¡Qué perra me has puesto
Morboso canalla! — gimió la golfa libidinosa transexual Gabriela

Me desnudaron hasta dejarme solo con el sexy suspensorio y las tres al unísono empezaron a soltarme mil guarradas procaces, lascivas obscenidades sexuales y lujuriosas groserías voluptuosas

— Hijo puta morboso, ahora sí que te vamos a matar a polvos, ¡canalla morboso! .Tu cuerpo es nuestro y te vamos a llevar a un libidinoso éxtasis total. Te vamos a poseer hasta el mareo mas cataléptico — bramaron libidinosamente estas tres lobas libertinas en celo.
Me subí al amplio lecho de la ramera libertina Carlota viendo como estas tres prostitutas libertinas se desnudaban entre ellas y se soltaban más de mil obscenidades, groserías sexuales, picardías, escabrosidades, impudicias, sicalipsis, impudicias, liviandades, lubricidades y encadenadas cerdadas lujuriosas y me ponían mas cerdo al ver lo cachondas y calientes que estaban
— ¡Pedazo de canalla morboso!, estamos como locas por joder contigo. Ese morboso jockstrap nos ha puesto muy perras y muy salidorras. ¡Pero qué canalla morboso eres, hijo puta! — gritó la transexual Gabriela libertinamente
— Te vamos a disfrutar como antes nunca hemos hecho con un macho morboso y vicioso como tú, vicioso. ¡Te vamos a dejar seco! — jadeó Carlota lascivamente
— Somos unas lobas libertinas hambrientas de ti y no te vamos a dejar parar, ¡prepárate, jodido canalla vicioso! — largó mi vecina Giuliana

Yo las esperaba expectante, lascivamente ilusionado y libertinamente deseoso de empezar la frenética jodienda total que me esperaba.
Las tres libertinas morbosas llevaban una libidinosa y sexy lencería escabrosamente erótica de igual que sus sicalípticos vestidos e igual que sus descaradamente lujuriosos zapatos de tacón.
Giuliana vestía en negro fumado, la guarra Carlota en azul eléctrico y la golfa depravada de la ramera transexual Gabriela en rojo sangre.
Subieron al lecho de la lujuria babeando por poseerme y a mí no me quedó más remedio que dejarme hacer.
La habitación donde iba a comenzar esta depravada jodienda estaba decorada con un amplio espejo en el techo, porque Carlota era una jodida fulana muy viciosa que se tiraba a distintos machos todos los días y los ligaba en los lugares menos sospechados. En las paredes también había espejos, pues las puertas de los armarios eran así y en el medio del techo una fantástica araña con varias luces de colores para dar más sexual morbo al lascivo asunto escabroso y carnal.
Cada una se posicionó en cada parte de mi caliente cuerpo a poseer, gozar y lascivamente disfrutar.
Carlota se abrió de patas ante mí, pues la muy zorra se moría de pasión lujuriosa por poner los ojos en blanco al comerle su ardiente y fogoso coñargón de guarra en celo.
La puerca Giuliana, me vecina, se colocó debajo de mi, pues la muy marrana estaba como loca por ordeñar mi ya duro rabo y mamarlo y tragarlo insaciable y muy glotonamente.
Y por fin, la última pero la mas apasionada, enardecida y desenfrenada sexualmente, Gabriela, optó por acomodarse y ubicarse sobre mi lujurioso y tentador culo y se moría de procaces ganas por meterme su duro rabo hasta que me saliera por la puta boca
— Ahora sí que estamos muy a gusto las tres contigo, ¡canalla morboso! .Estamos donde más deseábamos, ¡cabrón vicioso! .Prepárate, esto no lo vas a olvidar mientras vivas. Creo que vas a ser de los pocos hombres en la tierra que hayan tenido una jodienda así de morbosa y libertina, ¡cabrón suertudo! — gritó la zorra transexual Gabriela
Yo me dispuse a lamer sin parar el sexy tanga de Giuliana, pues me daba morbazo lamer y lengüetear su atractivo tanga de guarra lasciva en celo.
Carlota empezó a paladear y tragar cual fulana en celo mi duro rabo y ya notaba como se deformaba por dentro sus carrillos de glotona sexual y escuchaba sus relamidos a mi ya dura verga
La puerca transexual Gabriela lamía, lengüeteaba y escupía al interior de mi tentador culo para prepararlo a fondo para la anal petada que me iba a hacer y penetraba y hendía con un dedo mi ardiente culo para clavarme y estacarme denodadamente su verga transexual
— ¡Hijo puta, que bien me comes el coño, canalla! — bramó lascivamente Carlota mientras se sobaba y magreaba sus tetones la marrana Carlota
— ¡Joder, que pollón se te está poniendo! — jadeó la guarra de mi vecina Giuliana que se estaba poniendo morada con mi brutal rabo en su puta bocaza de zorra morbosa.
— ¡Te voy a matar a polvos, muñeco!, ¡el provocativo y procaz suspensorio que llevas me ha puesto muy perra! — gritó libidinosamente la zorra transexual Gabriela

Las tres lobas libertinas libidinosas se dedicaban por completo a disfrutarme a tope sexualmente, porque las muy pécoras licenciosas se habían propuesto llevarme a un lujurioso y desenfrenado éxtasis total haciéndome gozar y disfrutar corporalmente y que yo fuera su voluptuoso y lúbrico objeto de deseo sexual
Yo lamía, relamía y lengüeteaba con decidida y denodada avaricia sexual el muy perfumado coño de loba rijosa en celo Giuliana y eso aumentaba mi rijosidad y apetito venéreo mientras la muy zorra se magreaba y sobaba sus tetazas y gruñía y jadeaba de libidinoso placer concupiscente

— ¡Vamos, canalla, no pares de comerme el coño, joder!, ¡me vuelves loca, cabrón vicioso! — bramó la ramera rijosa Giuliana

La puerca lasciva Carlota se ponía morada degustando y saboreando cada milímetro de mi verga y pese a todo yo lograba escuchar sus chupadas ,lengüetadas, chupeteos y continuos chupetones y los llenaba de babas porque estaba encantada, embebida, extasiada y ensimismada tragando sin parar y voraz y muy glotonamente mi enhiesta pero dura verga

— ¡Joder, que rabo tienes, bribón! , ¡me encanta disfrutar de rabos así de duros en mi puta bocaza!,¡ me pones muy puta, galán! — gritó la fulana Carlota mientras se atragantaba con mi duro rabo

Por su parte, la zorra transexual Gabriela se preparaba para atrapar con total fuerza mis duras nalgas que tan cerda y puta le ponían a esta descarada loba transexual libertina y se moría lascivamente por petarme el cacas salvajemente y ser la más guarra ,más zorra y mas libidinosa de las tres lobas que me estaban poseyendo y usando sexualmente.
— ¡Vas a saber lo duro y caliente que es un rabo transexual, cabrón morboso!, ¡este momento tan lujurioso y lascivo así como tu jockstrap me ha puesto muy perra y muero a tope por clavártela, cabrón! — bramó libidinosamente la ramera trans Gabriela que ya tenía el rabo muy duro y preparado para estacármela violentamente

Gabriela estaba ya tan caliente que estacó, hincó y remachó rijosamente con total rotundidad sexual su transexual verga en mi ya preparado culo y noté como me la clavó con lujurioso arrebato anal y sexual a pesar de que yo estaba siendo disfrutado por las otras dos puercas lujuriosas

— ¡Toma, bribón!, ¡toma rabo, hijo puta!, ¡ me da morbo hincarte mi rabo, canalla! — chilló la zorra transexual Gabriela loca de alegría

Las tres putas libertinas seguían y continuaban dándose un atracón sexual con mi muy ardiente cuerpo y yo gozaba más que las tres juntas porque era gozado por estas tres zorras en celo.
Mi cuerpo era de estas tres lobas libertinas que se estaban dando un voraz, ávido e insaciable atracón sexual que me estaba deleitando embelesando, encantando, fascinando, seduciendo y gustando sexualmente.
La zorra Carlota y la ramera transexual Gabriela jadeaban, acezaban, resollaban, bufaban, resoplaban, exhalaban, hipaban, gritaban alterada y agitadamente porque eran las únicas que podían hacerlo y se morían de vicio lujurioso y libidinoso de estar en este momento tan libidinoso y las hacía sentirse muy putas y muy zorras libertinas
Así estuvimos media hora mientras yo era el objeto de deseo de estas tres puercas licenciosas que lo estaban pasando fenomenal al poseer sexualmente mi cuerpo. Yo disfrutaba el lascivo momento porque me hacía parecer todo un actor porno y no deseaba que esto acabara. Después de estar poseyendo mi lascivo cuerpo que ya rezumaba mucha calentura sexual, la puerca transexual Gabriela decidió que debíamos cambiar de postura.
— ¡Vamos, morbosas lascivas, cambiemos de postura ya! , ¡Quiero que este cabrón vicioso me cabalgue mientras vosotras le coméis el rabo y el os disfruta el coño! — gritó airadamente la fulana Gabriela
Cambiamos de lasciva postura morbosa, yo me situé sobre el ya duro rabo de esta zorra Gabriela y fui bajando gradualmente hasta que la muy zorra me estacó y tachonó su rabo transexual. Carlota vino a
prolongar lascivamente dándose un atracón de mi dura masculinidad y yo agarraba las patas de la puerca Giuliana y devoraba su muy ardiente coñargón de ramera libidinosa que ya parecía
echar humo del maravilloso festín que me había dado con mi muy mojada y empapada lengua

— ¡Queee moooorrrboooo!, ¡Me estáis matando
de lascivo placer total y estoy encantado de la vida de estar así con vosotras, cacho zorras! — jadeé lascivamente mientras las otras puercas me disfrutaban.

— ¡Vamos, vamos, déjate de gemidos y cómeme el coño, cabrón morboso!, ¡Me estás llevando a un éxtasis total, canalla vicioso! — resopló Carlota libidinosamente mientras la muy puerca seguía con los ojos en blanco y a la vez se machacaba el clítoris la muy puta
— ¡Si, si, esto es vida!, ¡Que pollón tienes, morboso canalla! — exhaló Giuliana lascivamente que seguía atragantándose con mi rabo y se deformaba por dentro las mejillas por dentro la muy puta
— ¡Qué puta manera de cabalgar rabos, joder!, ¡Me vas a volver loca, coño! — bramo la zorra transexual Gabriela mientras me agarraba de la cintura para que yo me cayera
Aquello era un libidinoso y lascivo mar de jadeos, gemidos, quejidos, bramidos, bufidos y exhalaciones sexuales mezclados con un grosero y muy obsceno lenguaje sexual muy sucio producto del momento morboso que estábamos disfrutando los cuatro
Yo era disfrutado totalmente por estas tres lobas libidinosas en celo y aprecié que la golfa Carlota dejó de atragantarse con mi enhiesta pero dura verga, ya que mientras lo hacía, se dedeaba el coño y tuvo un estrepitoso, estentóreo y atronante orgasmo cataléptico muy sonoro y se marchó porque quedó destrozada
A los diez minutos de este ruidoso orgasmo, la prostituta lasciva Giuliana no aguantó más mis continuas lamidas y lametones a su burbujeante y efervescente coñargón de guarra en celo de lupanar y explotó en un apocalíptico y dantesco orgasmo atronador y estentóreo y gritó lujuriosamente al tenerlo.
La muy puta tenía la horrible sensación que le salía humo de su comburente coñote pues yo la había matado de placer con mi sabia lengua.
La golfanta transexual Gabriela seguía tumbada y yo cabalgaba su rabo y ambos permanecíamos y resistíamos a explotar en el orgasmo a pesar de cómo me movía y como notaba como Gabriela me clavaba e hincaba hacía mi ardiente culo su dura verga de viciosa ramera transexual en celo

— ¡Hijo puta, como aguantas!,¡ Me voy a volver loca de tanto petarte el cacas, cabrón!, ¡Que vicio tienes, galán! — bramó Gabriela libidinosamente
— ¡Ahora te voy a disfrutar yo, cacho zorra morbosa!, ¡Me has enculado tanto que me has puesto más cachondo de lo que ya estaba, sucia zorra¡ — berreé lascivamente

La zorra transexual Gabriela no se había corrido y yo tampoco, pues había tenido lo que las procaces zorras llaman “aguante maravilloso” y había evitado en todo momento eyacular mucho grumo a pesar de la brutal dureza de mi rabo en ese lascivo momento y de lo espectacularmente bien que había sido trabajado por la ramera Giuliana

— ¡Prepárate, sucia zorra, vas a saber lo que es ser jodida y petada por alguien como yo que ha sido disfrutado por tres procaces y obscenas lobas libidinosas en celo — troné lascivamente

La zorra transexual Gabriela realmente estaba como loca porque la petara el cacas con denodado y decidido vicio lascivo.
Se agachó la muy puta para comenzar a disfrutar de mi enhiesta pero ya dura verga en su lujuriosa bocaza de mamona comepollas y tragarrabos y yo la decía todo lo que ella debía de hacerme para aumentar más y mucho más la dureza de m rabo de toro.
— ¡vamos zorra, disfruta de mi rabo en tu puta bocaza,so guarra! — bramé libidinosamente
— ¡Muérdeme el rabo y luego también el escroto, sucia guarra morbosa! — proseguí
La ramera lasciva transexual Gabriela acató sin rechistar ni oponerse a ello y comenzó a hacerme lo que le ordené
Entonces empezó a darme suaves bocados y mordiscos en el rabo y escroto y yo empecé a jadear, gemir, resoplar, resollar, acezar, berrear, bufar y aspirar de lascivo placer porque la muy guarra me estaba llevando bucalmente al mar de la más obscena y procaz lujuria y yo no deseaba que acabara este momento tan libidinoso porque sentía como mi rabo aumentaba gradualmente su dureza y eso me ponía mas cachondo y caliente de lo que yo estaba de por sí.

— ¡Guau!, que gustazo me das, sucia cerda!, ¡Noto la mayor dureza de mi rabo!, ¡Qué bien me trabajas, cacho puerca! — gemí morbosamente

La puerca transexual Gabriela se empleaba a fondo, laboriosa, infatigable e incansablemente a hacerme lo que le había ordenado y ella también parecía disfrutar totalmente con mis lujuriosas órdenes pues sentía que tenía algo sexual sobre mi y deseaba darme un placer inagotable y hacer que yo jadeara, gimiera, resoplara, resollara, acezara, berreara, bufara y aspirara del lascivo placer que ella me estaba dando con su puta bocaza de mamona comepollas y sus dientes.
Mi bestial rabo estaba ya tan duro que parecía más bien una brutal lanza quijotesca y a la muy zorra transexual Gabriela parecía gustarle que yo jugara a deformar sus carillos por dentro con mi dura vergaza , yo también disfrutaba el momento porque ella se sentía más puta libertina y mas zorra libidinosa de lo que era y parecía encantarle lascivamente este morboso juego.
A pesar de que mi muy duro rabo estaba preparado y listo para petar su ojete, la puerca
transexual Gabriela seguía ensimismada, enfrascada y embebida tragando y deglutiendo mi rabo como una furcia descosida. La muy zorra parecía no querer de dejar de darse un atracón con mi pollón y disfrutaba a tope de este momento

— ¡Pero qué cabrón eres, muñeco! , ¡Me ha puesto muy zorra disfrutar de tu puto rabo, joder!, ¡Me encanta mamar y mamar tu jodida verga, cabrón!, ¡me has puesto muy puta, coño! — jadeó libidinosamente la furcia libertina transexual Gabriela

Quité de mamar como una zorra descosida a Gabriela, la posicioné en el lecho de la lujuria y puse su culo en pompa y abrí sus putas patas y le aticé dos palmetazos a sus putas nalgas y se puso más puta y mordía morbosamente su labio inferior porque esperaba que de un momento a otro yo clavara, acoplara, tachonara, hincara, incrustara y enchufara mi enhiesta pero dura vergaza de macho libidinoso y morboso en celo a su lascivo, libidinoso, estimulante y tentador culo de guarra transexual en celo
La abrí bien el culo para que fuera sintiendo gradualmente la entrada y embocadura de mi rabo a su efervescente culazo
Según iba accediendo a sus entrañas anales la muy puerca comenzó a jadear, gemir, resoplar, resollar, acezar, berrear, bufar y aspirar de lascivo y morboso placer anal y yo la insultaba obscena y procazmente mientras la daba sonoros azotes a sus putas nalgas de guarra transexual obscena y libertina

— ¡cómo te siento, cabrón!, ¡Que gustazo es tener tu rabo dentro de mí, hijo puta lascivo!, ¡Qué morbo me das, canalla! — gimió lujuriosamente la marrana transexual Gabriela
— ¡Pero qué puta eres, coño!, ¡Que placer me das, zorra morbosa!, ¡Qué puta manera de gemir, guarra!,¡ Me pones muy cerdo, coño! — grité lascivamente pues el culo de Gabriela me quemaba el rabo y estaba más caliente que de costumbre.
Ella moría de placer anal pues los lascivos y morbosos prolegómenos conmigo la habían puesto más cachonda que nunca

— ¡hijo de puta, que rabo tienes, cabrón!, ¡Cómo te siento, no quiero que esto acabe, joder ¡ — jadeaba viciosamente la zorra transexual Gabriela que moría de lascivo placer anal

Así estuve petando descosidamente y sin parar durante al menos quince eternos minutos y la zorra transexual Gabriela a cuatro patas mientras se derretía analmente al recibir mis embates carnales a su comburente culo de libertina zorra jadeante
Caímos de lado y yo proseguí con mi duro rabo enchufado a su redondo culo y la muy puerca gemía y enloquecía de morboso placer lascivo

— ¡Ay, que gustazo me das bribón!, ¡Que delicia!,¡ No pares canalla pervertido! — jadeaba la puerca Gabriela que proseguía bufando y resoplando libidinosamente mientras yo la petaba y entaponaba el ojete con libertino placer
— ¡Toma polla, guarra!,¡ Toma polla, sucia puta!, ¡Gime mas y no pares, jodida puerca!,¡ Que morbo me das, cerda! — vociferaba mientras atizaba continuos embates al culo de la guarra procaz Gabriela y ella permanecía extasiada con los ojos en blanco
— ¡Qué deliciosa follada me estás pegando, cabrón! ,¡No pares, canalla!,¡ Sigue, cabrón vicioso! — jadeó la marrana procaz Gabriela que bufaba y resoplaba mientras me observaba de lado como jodía con lascivo ahínco su libidinoso culo morboso que me ponía mas y mas cerdo
— ¡Pero qué jodida puta eres, Gabriela! , ¡Cómo traga tu culo, coño!, ¡Que morbosa eres, joder! , ¡Me pones muy cerdo, sucia guarra — bramé morbosamente mientras petaba y entaponaba sin descanso y con denodado y brioso ahínco lascivo el sabroso, apetitoso y suculento culazo de guarra transexual ninfomaníaca
La guarra transexual Gabriela no paraba de bufar, resoplar, exhalar, bramar y gemir, gemir, gemir, gemir, y gemir sin parar mientras yo jodía su ojete y la muy puta se relamía y lengüeteaba del carnal placer que tenía al recibir placenteramente mis golpes de rabo a su hirviente culazo de libertina zorra transexual y se derretía de puto gustazo la muy zorra
— ¡Ay, que gustazo me das, canalla!, ¡No pares, joder, me muero de placer!, ¡Qué rabo tienes, bribón! — jadeaba la puerca transexual Gabriela que estaba mareada de lascivo placer anal emitiendo mil gemidos mezclados libertinamente con ayes placenteros
— ¡Si, sucia zorra, si!, ¡Me gusta joder guarras transexuales como tú, sucia puta! ,¡Que morbo me das, jodida guarra! — grité lascivamente mientras continuaba con más ganas y vicio petando y rompiendo el bullente cacas de la ramera transexual Gabriela que me estaba volviendo cada vez más loco y morboso con sus mil ayes y gemidos de placer
Cambiamos de postura y yo seguía y proseguía con mi rabo aún más duro y la golfanta libertina Gabriela decidió cabalgar mi rabo y darme la espalda, pues esa puta postura la hacía sentirse más puta y más zorra y la daba más morbo joder de esta puta manera conmigo.
— ¡Joder, que gustazo me das, joder!, ¡Me vuelves loca, cabrón morboso! , ¡No pares de petarme el culo!,¡ Me vuelves loca, coño! — jadeó la ramera transexual Gabriela que estaba encantada de la vida de ser jodida así por mi carnal martillo pilón y la hacía sentirse la puta mas puta de todas las putas
— ¡Ya siento lo bien que lo pasas, guarra! , ¡Me pone más cerdo estar así contigo, sucia zorra! — bramé lascivamente mientras torpedeaba el caliente y mas bullente culazo de guarra ninfomaníaca transexual en celo de Gabriela
La muy puerca se movía de un lado a otro , de izquierda a derecha y de delante a atrás y jadeaba y gemía como una vulgar puerca en celo mientras gozaba y disfrutaba cual ramera provocativa y libidinosa de mi estaca carnal.
Así estuvimos quince minutos y la muy zorra se sentía una vulgar fulana de burdel de carretera perdida de la mano del buen Dios. Mi perforador y taladradora verga la hacía sentirse una maldita pécora de burdel al estar en esta lasciva y morbosa posición libidinosa.
Cambiamos de posición con mi estacadora verga dura dentro de las entrañas de su comburente ojete para que la muy puerca siguiera y permaneciera jadeando y gimiendo como una sucia zorra de burdel barato y se dio la vuelta para que la sobara con lasciva fruición y deleite anal su ardiente culazo de perfecta guarra transexual en celo.
Cuando ya estaba bien pringado e impregnado de mi saliva, la agarré con salvaje fuerza, me di más saliva a todo mi enhiesto rabo y di un fuerte empellón a su ojete que tragó toda mi pollaza hasta chocar mis gordos cojones cargados de pastoso grumo contra su caliente y lascivo culo de guarra transexual en celo. La estuve petando salvajemente, mientras me insultaba y me decía todo lo cabrón y chulo que era yo, pero que la estaba matando de placer. Barrenaba y horadaba su acalorado y bullente ojete y notaba como presionaba los músculos de su esfínter anal para ella tener más placer anal. La aferraba y apretaba con mis manos para que el fabuloso metisaca fuera más brutal y ella se miraba en los espejos como era follada por mí y me volvía a insultar salvaje y sexualmente, porque sabía que eso me gustaba. Yo me afianzaba en su ojete con mi taladradora verga y ella continuaba jadeando como una genuina puta en celo.

— ¡que rico estás, cabrón!, ¡qué bueno estás!, ¡me estas matando de gusto! — bramó la vulgar ramera Gabriela mientras me miraba como taladraba su ojete sin parar

— ¡Toma rabo, zorra!, ¡toma polla, guarra! —mugí lascivamente mientras proseguía martilleando el culo de la zorra Gabriela
— ¡Que gustazo!, ¡que placer!, ¡jódeme más!, ¡jódeme, sucio cabrón pervertido!, ¡no pares, jodido canalla! — vociferaba la guarra transexual Gabriela toda salida de vicio y frenesí anal mientras yo seguía dando más y más rabo y ella proseguía berreando y sollozando de placer.

Yo proseguía perforando, barrenando y atravesando su ojete con mi cipote bien duro, mientras la guarra Gabriela parecía una máquina de gemir, jadear, sollozar, bufar y berrear continuamente. Yo, frené el enculamiento que le estaba dando a esta puta Gabriela para meterle la lengua hasta los pulmones y darle un beso con lengua de los que a mí me gustan.
Gabriela y yo nos dábamos las lenguas y mientras lo hacíamos, yo no paraba de taladrar y perforar el libidinoso culazo de esta guarra Gabriela que me estaba poniendo más y más burro.
Después de este salvaje enculamiento anal, alcé las patas a la puerca Gabriela que me miraba con inusitado vicio pues entendía que la iba a dar mas rabo hasta que la saliera por la puta bocaza
— ¡Qué gustazo me estás dando, sucio canalla morboso!, ¡Qué manera de joderme el cacas, cabrón vicioso! — gritó la fulana transexual Gabriela
— ¡Toma polla, puerca!, ¡Toma rabo, puta!, ¡Me arde el rabo guarra!, ¡Gime, cerda! — bramé lascivamente mientras yo paraba de petar sin descanso ese bullente culazo de la libertina morbosa Gabriela que me ponía mas y mas cerdo y mas lascivamente cachondo al petar sin parar su caliente culazo de guarra ninfomaníaca
— ¡Me estás matando de gusto, cabrón morboso!,¡ Qué gustazo, bribón!,¡ No pares de joderme el cacas, no pares, bribón!, ¡Mátame a polvos, hijo puta! — vociferó la ramera transexual Gabriela que estaba encantada de ser petada y entaponada por mi enhiesta pero dura verga
— ¡Me das mucho morbo, puerca!, ¡Cómo traga tu puto culo, zorra! ,¡Sigue tan puta, coño!, ¡No pares de gemir, sucia cerda! — grité morbosamente pues tenía un calentón brutal y ya notaba que de un momento a otro explotara el cremoso grumo en el morboso y lujurioso culazo de la cerda transexual Gabriela
— Finalmente, saqué mi duro pollón del morboso y lujurioso culazo de la cerda transexual Gabriela
y se lo enchufé a su puta bocaza y se lo tragó todo la muy marrana.
Tomó mi mano y me llevó a la ducha y allí me hizo una rápida mamada que me dejó muy complacido.
Publicat de Tanga-Libidinoso
3 ani în urmă
Comentarii
1
Te rog să te sau să te pentru a posta comentarii.
estupendo relato. Me apete hacerlo contigo como narras en el relato y disfrutar a tope del encuentro
Răspuns