Encadenada

Fuertemente agarrada a su mano ascendía aquellas escaleras hacia la estancia de donde provenia una dulce melodía, a medida que nos acercabamos una mezcla de miedo y excitación recorría todo mi cuerpo pero la seguridad de su mano me guiaba firme en mis pasos.
Llegamos ante la puerta de la cual fluía aquella música quee nos envolvía y el apoyo su mano para enteabrir con cuidado y dejar salir una tenue luz acompañada de un característico olor a cera y lavanda ante mis ojos apareció una estampa cautivadora y deslumbrante bajo el bello dosel de la cama la figura de una mujer semidesnuda con sus brazos atados en cada uno de sus postes se dibujaba entre las luces y sombras de las velas y junto a ella un hombre alto desnudo de cintura hacia arriba llevaba en su mano un pañuelo de color negro, con un leve giro de cabeza percibió nuestra presencia y continuo junto a aquella figura que parecía una diosa griega, con una dulzura exquisita aparto su cabello y suavemente coloco el pañuelo cubriendo sus ojos, estaba a punto de girarme para salir y dejar de ser una m*****a observadora cuando aquel hombre, se inclinó sobre la cama y al girarse nos miro alargando su mano ofreciendonos un pañuelo y en sus ojos un gesto que invitaba a formar parte de aquella embriagadora escena........
Un escalofrio recorrio mi cuerpo y apreté fuerte la mano de Mario, nuestras miradas se cruzaron y el tiro de mi dejándome llevar despacio hacia el borde de la cama, con suma delicadeza me coloco el pañuelo cubriendo mis ojos, mis pulsaciones se aceleraban por momentos y mi respiración era ruidosa y casi jadeante cuando me hizo ponerme de pies mis piernas temblaban ante la incertidumbre de lo que allí sucedería., sentí como su mano deslizaba los tirantes de mi vestido y este caia a mis pies, dejando mis pequeños pechos al aire y mi cuerpo solo con una diminuta braguita de color granate.
mis ojos quedaron cubiertos con aquel fino pañuelo, sin apenas poder pensar sentí como una mano fuerte sujetaba mi muñeca derecha y ataba una cuerda alrededor para tirar de mi brazo y sujetarlo a uno de los postes de la cama, en apenas unos segundos estaba firmemente sujeta de pies y manos mi mente imaginaba a aquel hombre clavando sus ojos en mi desnudo cuerpo.
de repente y sin esperarlo mi espalda se tenso al sentir el roce de algo que no sabia distinguir parecía la punta de una vara recorriendo desde mi nuca a mis caderas, multiples escalofríos erizaban mi piel y pequeños gemidos nerviosos se me escapaban, aquel hombre ordeno a Mario liberar a la otra chica, fueron sus únicas palabras luego todo quedo en silencio y solo escuchaba sus pasos por la habitación, no sabia que ocurria a mi alrededor y eso me provocaba una sensacion extraña, mis pensamientos cesaron al sentir como algo frio rozaba mi piel y se colaba entre mis braguitas y mi piel, al instante quede completamente desnuda y expuesta trate de moverme para proteger mi desnudez y entonces mis nalgas sintieron una punzada y di un grito sin poder evitarlo aquello solo era el principio el ritmo de los latigazos variaba asi como la intensidad primero intente contarlos pero mis jadeos y gritos me desconcentraron y perdi la cuenta, sin esperarlo note como mi pañuelo caia de mis ojos y pude ver a aquella mujer tumbada ante mi completamente desnuda no veía a Mario ni al otro hombre, cuando intente girar mi cabeza una mano fuerte me lo impidió entendí que no debía hacerlo y desisti en mi empeño, el hombre ordeno que me desataran Mario se acerco a mi y lo hizo con delicadeza, las manos del hombre agarraron mis caderas y me obligo a acercarme a la cama tanto que tuve que subirme a ella y quede de rodillas justo encima de aquella preciosa mujer pude contemplar su cuerpo desnudo sus pechos mucho mas bonitos que los mios pensé, y cuando mis ojos descendían hacia su vientre me vi obligada a inclinarme sobre ella apoye mis brazos junto a sus piernas y mi cara quedo frente a su sexo rasurado