Otro teatro, una opera, un bagno

Ya conté en mi primer relato, como fue una de mis primeras experiencias mas morbosas y el lugar donde sucedió.
Hoy os contaré que desde aquella historia a la que hoy os relataré pasaron muchos años y por supuesto muchas cosas en el medio también sucedieron.
Pero como he empezado mi blog con el teatro, me apetece seguir por allí y que descubráis en este segundo relato, como las situaciones se entrelazan y como se suceden sin que uno haga nada para que sucedan o dejen de suceder.
Es verdad que si uno va mucho a ver football, tiene muchas cosas para contar de football, así que en mi caso puede suceder que los sitios de grandes aglomeraciones de gente no me guste y por eso mis relatos siempre serán de situaciones más intimas, de más que unos pocos minútos y de una extensa gama de provocaciones, demostraciones antes de llegar al momento más buscado.
Roma fue y será la ciudad en la que quisiera vivir cada momento de mi vida.
La sensación de pisar sus adoquines, oler su comida y ver sus monumentos, me deja siempre al borde de desquicio de mis sentidos.
Por eso ya no recorro Roma, solo me dejo llevar por sus calles y muchas veces ni siquiera eso. Me siento en alguna scala, en alguna fontana, o simplemente en el borde de algún monumento a mirar pasar las horas que acompañadas por las luces del día y el paso de las gentes, me embriaga y me reconstruye como ciudadano del mundo o si quisiera regresar al pasado, en ciudadano romano.
Paso por Roma cada vez que puedo.
Reconozco que si voy por poco tiempo, prefiero frecuentar los sitios que más añoro y con los que se que cuando regreso a mi ciudad, me siento con el sabor de haber dado placer a mis cinco sentidos, aunque yo creo que es probable que tenga mas de cinco o que los cinco se mezclan, o se unen todos juntos para que mi comprensión del placer sea casi multiorgasmica o multisensorial.
El relato de hoy tiene que ver con un viaje a Roma de hace aproximadamente tres años y medio.
Habían sucedido una serie de cosas en mi vida, que me permitían irme a Roma sin tener la obligación de decidir si estaría allí una semana quince días o un mes.
Finalmente y sin darme cuenta, transcurrieron cuarenta días hasta que decidí regresar.
Estando alojado en un hotel a cincuenta metros del Teatro de Opera, no era difícil suponer que alguna o algunas noches me iba a dejar caer a ver alguna representación.
La programación no era en nada novedosa, pero siempre es agradable volver a ver operas interpretadas por otros cantantes.
Así que una noche tenía entradas para ver Tosca.
Como el foyer del teatro es relativamente pequeño, la gente se congrega en la plaza para hacer el face to face. Mostrarse y ver es parte del espectáculo. Así que unos cuarenta minútos antes que empezara la representación, estabamos allí mas de la mitad de los asistentes.
En ese face to face, pude ver distintas "personajes" que merecian especial atención.
Pero en esa mezcla de asistentes romanos y turistas, sobresalía un matrimonio de no mas de cuarenta y pocos años, que iba acompañado de su hijo de escasos 18 o 20 años de edad.
Los progenitores, cada uno en su genero, estaban de muy buen ver. Ella delgada, de una estatura correcta y enfundada en un vestido negro de crepe que marcaba sus nalgas y sus turgentes pechos siliconados.
Él, moreno, delgado y más alto que ella. De un perfil brusco y rotundo. Con una naríz importante, y una boca que llenaba su cara cuando sonreía a algún comentario de su hijo.
El jovén veinteañero, mas bajos de estatura que sus padres. Con un excelente mixture de sus padres.
Moreno y de cuerpo torneado por el gimnasio o la practica del aglun deporte. O simplemente genetica recibida de su madre, y acrecentada por el cuidado y el deseo propio del niño de no dejar a nadie sin que le observase.
De cabello abundante, con un gran movimiento y brillo que a sus rasgos muy masculinos adquiridos de su padre, otorgaban un sex appeal, dificil de no percibir y gozar al menos con la mirada y con la mente liberar los pensamientos mas calientes.
El niño enfundado en un traje gris oscuro. Una chaqueta que resaltaba su torax trabajado y que se entallaba en su cintura para dar paso a un pantalón pitilo muy ajustado que permitia mostrar unas nalgas que nacian de forma abrupta y redondeadas, y que levantaban la solapa trasera de su chaqueta al estar abotonada en un solo boton.
Sus piernas ajustadas en el pantalón gris, parecian mas sinceladas en metal que de musculos caliente.
Estaba a cierta distancia de ellos, pero no era dificil contemplar aquel apolineo niño, cuando de forma repentina se decidieron a cambiar de ubicación en aquella plaza por la llegada de un grupo de turistas ruidosos y m*****os.
Aquel incidente los acercó hacia la zona de la plaza donde yo me encontraba y en su reacomodación, el niño quedara de frente hacia mi.
Rapidamente yo tambien me reubiqué como para quedar relativamente mas cerca, pero tambien discretamente de perfil como para no entrar en un cruce de miradas violentas o persecutorias si es que aquel niño solo era eso, un niño guapo.
Estar de perfil a alguien, da la oportunidad al otro a que si quiere mirar, pueda hacerlo con cierta tranquilidad, es permitir que el otro recorra con su mirada no solo tus ojos sino tambien tu cuerpo y pueda detenerse donde mas le interesa y que tu sin mirar pero mirando, puedas reconocer, sentir, percibir esas miradas y dejar que el otro prosiga su recorrido sin ser visto y sin ser censurado o cortado por el objeto que mira.
También permite al mirado, saber en que momento la mirada del otro no esta posada en sus ojos y de una forma fugaz mirar donde està mirando y así poder saber que es lo que mira.
En una de esas ráfagas pude observar que el niño contemplaba detenidamente y sin tapujos mi entrepierna.
Mi pantalón no era tan estrecho como el de él. De un corte mas clásico, dejaba un margen de fantasia y un buen margen de certeza que el tamaño que alli se alojaba era grande y ocupaba buen sitio para poder recogerse.
Al poder comprobar sus inquietudes, y hasta en cierta forma sus pulciones faciales, no dude en girarme varias veces para poder encontrar su mirada y forzar una respuesta.
Grande fue mi alegria cuando aquello sucedió y pude comprobar en ese primer cruce su mirada no se bajo frente a la mia y en la segunda oportunidad, pude comprobar como con mucho conocimiento y madurez primero miró a mis ojos, para rapidamente buscar mi bulto y regresar a mis ojos, pero esta vez con una sonrisa soez en sus labios entreabiertos y con un atisbo de relamerselos con su lengua.
Ya no habia duda, que aquel piccolo ragazzo, sabía perfectamente lo que quería y lo que le gustaba. Solo era cuestion de que Tosca con sus tres actos nos permitiera consumar nuestra obra. O perdón, il piccolo cavalieri, dirigiera los paso a seguir.
Se escucharon los tres llamados consecutivos a entrar y al incio de la opera y todos de forma educada y luciendo nuestros mejores pasos, nos fuimos acercando a la entrada para encontrar nuestras ubicaciones.
El piccolo ragazzo, cogió la delantera y rapidamente encaminó delante de èl a sus padres, para colocarse detrás de ellos y que yo pudiera comprobar que sus nalgas no eran de metal y que estaban ya mas calientes que la fragua de un herrero.
Pude ver a escasos metros su andar, sus muslos dibujados de horas seguramente de bicicleta o de canotieri, sus duras pantorillas y su pequeña cintura que sostenia toda aquella fenomenal estructura en equilibrio.
Por suerte estabamos en sitios distintos dentro del teatro, y eso posibilitó que pudiera disfrutar del primer acto con sus arias maginificas y sin la sensación de miradas esquivas o buscadas entre los dos.
Los dos sabiamos que finalizado el primer acto, estaba nuestra primera aproximación lejo de la mirada de sus padres y con la sola finalidad de avanzar un camino que los dos sabiamos cual seria el destino.
Calló el telón y en breves segundos pudimos comprobar que los dos estabamos en una punta y la otra de la cafeteria.
Asi pues, dejando que marcara el camino, me deje llevar por sus pasos, a los que segui como si fuera su esclavo y me llevara de su correa.
Sin duda, conocía el Teatro mucho mejor que yo. Recorrimos varias galerias, subimos varias escaleras, hasta llegar a un sitio donde no se escuchaba ni el rumor de la platea, ni el sonido de la calle.
Siempre a una distancia prudencial, y atento a que nadie nos siguiera, cuando comprobé que entraba a un diminuto baño, encendía la luz, también yo entré.
A mi pasó trabó la puerta con el cerrojo, y en dos minutos, se quitó la chaqueta y se bajó el pantalón para que viera el espectaculo de sus nalgas morenas, lampiñas, redondas y su raja humeda.
Se pusó en cuclillas frente a mi, y como si llevara en sus manos un estilete, abrió mi cremallera, y con su boca se encargó de sacar mi polla que ya estaba dura y descapullada.
Una exclamación de sorpresa siguió al segundo que su boca se dejaba follar de forma virulenta y sagaz por mi rabo.
Su boca, su lengua, se movian mejor la batuta del genial director de la orquesta del teatro de Roma.
Sabia en que instante chupar, en que momento presionar y en que momento soltar toda mi polla, para lograr una erección mas gigantesca y brutal.
Sabia como un relojero que los segundos pasaban y eran vitales para que la bomba no estallara hasta el segundo entreacto.
Sabia que el succionar, profundizar, morder, y tambien contemplar aquella polla frente a sus ojos y frente a sus sentidos, le permitiria gozar de ese segundo acto con mas vehemencia y desesperación
Sabia que su vehemencia era tambien mi exaltación y mi incapacidad de controlar aquellos minutos de locura.
Percibió que era tal mi grado de extasis, que cogio mi mano y me obligó a que me encorvara para que llegara con mis dedos hasta su raja, y metiera mis dedos en su ano.
Se que no hacia falta, que no era necesario, que de mas estaba saber a ciencia cierta que aquello que el todavia creia que yo debia comprobar, era unico, irresisitible y que estaba para mi deseo.
Pero no me opuse, y pude comprobar como esas dos nalgas formaban un surco profundo, oscuro, para encerrar en medio de aquel precipio una boca grandiosa, profunda y negra, que de tan humeda y sedosa, me permitió entrar con tres de mis dedos y sacarlos chorreando y llevaremelos primero a mi nariz para oler aquel elixir y luego posarlos sobre mi lengua para saber que aquel flujo era mas cercano al paraiso que cualquier imagen de Boticcelli o escultura de Bernini.
Con la fineza de oido, popia de melomanos, pudimos percibir que el silencio se habia asentuado y que pocos segundos despues no podriamos entrar en la sala.
Asi pues,en breves y magicos segundos nos encontrabamos los dos desandando cada rincon del teatro y regresando a nuestras ubicaciones con la clara idea de volver a reencontrarnos y consumar el final del acto de traición.
No recuerdo como calló esta segunda vez el telón, ni tampoco si hubo victores o saludos de los cantantes que ya no aparecerian en el tercer acto.
Solo recuerdo que en un mismo instante cuando Tosca disfruta de haber dado muerte a Scarpia, yo me encontraba subiendo la scala al cielo.
Como en una conjunción los dos nos encontramos al mismo instante abriendo la puerta de ese cielo terrenal.
Los dos nos quitamos los trajes como si de un disfraz de papel nos estuviera envolviendo, y al desnudo quedamos uno frente al otro.
Sabiamos que no habia posibilidad de muchos preambulos, y solo nos dimos un beso profundo y acalorado, para en el primer acto de ese final allegro, sentarme y recibir con todo su esplendor juvenil, aquel jugoso y profundo ojete. Mi rabo que se erguia entre mis piernas perforó aquel ojete sin reparo, y sin temor, para entrar hasta lo mas profundo.
Su cabeza erguida mirando el techo, mi cabeza erguida mirando su mentón y su boca, para que luego de ese segundo de extrema perfección, apoyara mi cabeza en su torax caliente, para sentir el latido ensordecedor de su corazón, y comenzar a percibir como subia y bajaba sobre mi rabo, como si de cabalgar se tratara el follar.
Se giró en un instnate, para darme la espalda y yo pudiera ver su culo repleto de mi rabo, y para que decidiera yo en que momento ponerlo en cuatro patas, y transformar aquel escenario y aquellos roles, y pasara yo a dominarlo y el ser mi esclavo fiel dejandose matar por amor.
Disfrute unos segundos mas de aquella espalda dibujada, de aquellas nalgas rebotando sobre mis piernas, hasta que en un solo movimiento lo cogi de la cintura y como si se tratara de una pluma, lo empece a follar como si fuera un perro, y de la misma forma que el me chupo el rabo, yo le deje sentir mi polla de a momentos totalmente dentro de su culo y de a momento totalmente fuera, para que su deseo de sentirla dentro se exsacerbara a los limites de ver como su ojete como si fueran los labios de una boca, pedian a gritos que volviera a follaremlos
Bastaron no mas que dos minutos, para que notara que estaba a punto de correrme, y sin darnos cuenta y sin haberlo ni siquiera consultado al oido, nos corrimos los dos en un momento unico irrepetible y gigante,
yo cogi su leche y el cogio la mia, los dos la saboreamos, y alli se produjo nuestra primer palabra
Para sorpresa de ambos, no hablabamos el mismo idioma, El era ruso, y yo ruso no lo domino
Ya no habia tiempo para mas, ni siquiera para decir en que hotel estabamos, y si el tenia habitacion separada de sus padres o algo que permitiera prolongar nuestro placer
Corrimos por las escaleras,corri por la platea para que con la sala a oscuras, no comenzara a cantar el pastor del tercer acto
Tosca volvió a terminar mal, una tragedia de amor, un final no deseado, cuando hay tanto amor todavia por vivir
Todos enjugamos nuestras lagrimas antes de que las luces aggiorno, iluminaran nuestras caras
Todos caminamos lentamente y algunos hablando suavemente sobre el triste final del amor
Yo decice los ultimos metros mas lentamente hasta llegar a la calle
Ya no queria volver a ver el final, ya no queria volver a saber que ese era el final
Recorrí los cincuenta metros hasta el hotel. Entre a mi habitación, y no dude en tumbarme en la cama, desnudarme por completo, meterme dentro de la cama, sudar para que el posible olor que de alli surgiera, al menos me permitiera retener un segundo mas aquel final preanunciado, aquel final, que se presumia como definitivo y que nadie podria cambiar
Me quede dormido, solo la luz de la mañana del domingo, me permitió volver a encontrarme con la vida, y dejar como recuerdo aquella petite morte como llaman los franceses al instante que sigue al orgasmo o la eyaculación


게시자: mirador303
11년 전
코멘트
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Bravisimo!
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SirLawrence23
Esa sensibilidad por la música te hace ser muy sugerente y sensible en el sexo. Me gusta
리플
Hmmm...
Muy, pero muy caliente...
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