Mi Sobrino

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Hola ya me conocen me llamo Sofia, aún tengo una buena figura, a pesar de estar entrada en los cuarenta. Voy a contarles lo que pasamos mi sobrino y yo.

Desde hacía tiempo, había notado que algunos días, los cajones donde guardo mi ropa interior y mis pantimedias, estaban desordenados, a pesar de que cada noche, me aseguraba de acomodarlos, esto me empezó a preocupar y aunque no me robaban algo, no me gustaba que hurgaran mis cosas, sobre todo porque no sabía quién lo hacía. De repente, me preguntaba “¿será mi hijo?” pero no lo creía, sobre todo porque he llegado de sorpresa y lo he encontrado jugando sus videojuegos pero entonces, ¿quién podría ser?.

Decidí ocultar una cámara de video, para saber quién era ese individuo y qué buscaba, así que me aseguré de dejar los cajones bien ordenados. Pasaron dos días y no aparecía algo fuera de lo normal, fue hasta el tercer día cuando obtuve la evidencia y para mi sorpresa, en la grabación apareció uno de mis sobrinos, Eric, de 22 años. En el video, se veía como entraba a mi cuarto y abría primero el cajón de mis calzones, los que sacaba y empezaba a olerlos mientras empezaba a masturbarse, incluso se ponía mis tangas en su pene; aclaro que nunca le había visto su miembro y vaya que lo tiene de buen tamaño.

Esto me m*****ó pero ahí no acababa, enseguida él abrió el cajón donde guardo mis pantimedias y empezó a olerlas, a besarlas, a frotárselas en su cuerpo y sobre todo, en su pene, después sacó una foto mía y restregó su verga en mi imagen mientras decía “tía, te deseo, adoro tus piernas, sobre todo cuando te pones pantimedias, te ves tan antojable que te violaría, amo tus piernas y quiero lamértelas, besártelas, mordértelas y eyacular sobre ellas”. Esto me sorprendió y empecé a excitarme mientras el video seguía y se veía como se quitaba totalmente la ropa y empezaba a ponerse mis pantimedias, luego se acariciaba y se seguía masturbando y diciendo que me deseaba.

Al ver esto, yo ya estaba excitadísima y fui directo a mis cajones, a oler mis pantimedias, luego me puse las que mi sobrino usó e imaginé que me acariciaba mis piernas y me las lamía, después empecé a masturbarme mientras en mi mente aparecía mi sobrino Eric, haciéndomelo. A partir de entonces, cada vez que sabía que iba a visitarme, me ponía una falda corta y unas pantimedias, por lo que su reacción era notable, por más que quería disimularlo, enseguida se le empezaba a abultar el pantalón y mejor se sentaba. Luego, cuando pensaba que no lo veía, se enfocaba en recorrer mis piernas con su mirada y se tocaba su pene, por lo que a propósito, me paseaba enfrente de él, después me sentaba y cruzaba constantemente las piernas, para excitarlo más y más mientras yo disfrutaba verlo, incluso me ponía húmeda pero no pasaba a más.

Adicionalmente, seguía dejando la cámara grabando y él seguía apareciendo como protagonista mientras me masturbaba frente a la pantalla, se me había despertado un deseo perverso hacia Eric pero era mi sobrino, éramos familia y no era ético, si se enterara mi hermana que su hijo quiere tener sexo conmigo y yo también lo deseo, se armaría un escándalo y no quiero poner en riesgo a la familia. Este pensamiento calmaba mi calentura y evitaba cometer algo que no sería bien visto.

Un fin de semana, mi hijo se fue de campamento y me quedaría sola en la casa durante el sábado y el domingo, estaba dispuesta a enfundarme unas pantimedias y a masturbarme mientras veía los videos de mi sobrino captados en la semana por la cámara oculta. Cuando sonó el teléfono, pensé que era del trabajo y querían que cubriera el fin de semana, afortunadamente no, era Eric pidiéndome que le prestara una cámara fotográfica, le indiqué que pasara a recogerla a mi casa, que lo iba a estar esperando. De inmediato, mi mente perversa empezó a funcionar y me puse unas pantimedias brillantes, una minifalda y mis tacones altos, pues desde antes que llegara mi sobrino, ya estaba excitada y pensé en esconder la videocámara, para grabar su reacción al verme vestida así y tener más imágenes para masturbarme, en cuanto se fuera con la cámara prestada, estaba ansiosa y sentía cómo me iba poniendo húmeda.

Después de un rato que se me hizo eterno, por fin llegó, ya quería ver la cara que pondría al verme mis piernas, entonces tocó a la puerta y abrí, de inmediato sus ojos recorrieron mis pantimedias y se sonrojó, luego me saludó nervioso y lo hice pasar, invitándole una limonada y nos sentamos a conversar mientras cruzaba mis piernas, para que se fijara en ellas; se podía notar que quería lanzarse sobre mí y hacérmelo hasta agotarse pero ambos conteníamos nuestra lujuria. Luego, me preguntó por la cámara fotográfica y le contesté que estaba en el armario de mi alcoba, que iba por ella, entonces me incorporé y fui por ella, sintiendo su mirada recorrer mi trasero y mis piernas hasta que le pedí que me acompañara, esto para que pudiera apreciarme mejor mientras subía la escalera.

Naturalmente, él no despegó la vista de lo que tanto le gustaba ver y así, subimos a mi alcoba lentamente, volteándolo a ver con una sonrisa y pudiendo apreciar que tenía una gran erección. Al instante, él me regresó la sonrisa, una sonrisa sumamente nerviosa y al llegar al cuarto, me dirigí al armario y empecé a buscar lo que me había pedido, pudiendo ver por el espejo que me observaba con una lujuria que no podía contener, incluso se frotó la mano en su pene. Yo seguía buscando la cámara y recordé que la había guardado en la parte alta del armario pero no la alcanzaba y en vez de pedirle a mi sobrino que la bajara, ya que es alto, agarré una silla para subirme y darle una mejor vista a mi espectador, que se iba a ir con una erección tremenda.

A continuación, me subí en la silla y no pude evitar excitarme mientras sentía su mirada penetrarme; al estar así, la silla se movió un poco, ya que le faltaba una goma de las patas y cojeaba, enseguida saqué un pequeño grito y él se levantó inmediatamente, preguntándome si podía ayudar en algo. De inmediato, pensé que podía estar más cerca de mí y así, darle la satisfacción de tocarme mis piernas y sentir la textura de las pantimedias que llevaba puestas, enseguida le pedí que me sostuviera para que no fuera a caer, si se movía la silla.

Acto seguido, me tomó de los muslos y pude escuchar su respiración totalmente excitada, al sentir sus manos en mis piernas, incluso empecé a humedecerme cada vez más, sintiendo mi vagina tan húmeda como una sopa. Luego, me estiré para alcanzar la cámara pero de nuevo, la silla se movió y sentí como sus manos me apretaban mis muslos, entonces volví a mover la silla una y otra vez para que disfrutara hasta que ya no pude más y paré, me di la vuelta y pude ver la gran erección que tenía debajo de su pantalón. A continuación, le pregunté si le gustaban mis piernas, él se puso nervioso y me respondió que mucho, que eran muy bellas y que estaban bien torneadas, que le gustaban más cuando me ponía pantimedias y que en esta ocasión, con las pantyhose brillosas, se veían sumamente antojables.

Posteriormente, le pregunté si le gustaría acariciármelas, me respondió que sí, que es lo que más deseaba y se me quedó viendo, de inmediato le señalé “¿y qué esperas?, te doy permiso que me acaricies”. Obvio, no lo pensó dos veces y cuando ya sus manos empezaron a recorrerme mis piernas, estaba gozando al sentirlas, después empezó a besarme los muslos y me los lamía como si fueran miel, también me lamía mis pantorrillas una y otra vez y volvía a subir a mis muslos, comenzando a subirme mi falda mientras me lamía mis piernas.

De pronto, notó que no traía calzón y se abalanzó sobre mi vagina, empezando a comérsela a través de las pantimedias, provocándome un gemido de excitación extrema hasta que empecé a sentir un orgasmo, mi fluido salía y él seguía pegado a mi vulva, bebiéndose todo. Mientras me lamía mi vulva, sus manos me acariciaban fuertemente mis muslos y también mi trasero hasta que repentinamente, me volteó bruscamente y me dio una fuerte nalgada, para luego empezar a comerse mi ano, lamiéndomelo frenéticamente, al tiempo que seguía dándome nalgadas y eso me agradaba.

Después, él se quitó su pantalón y me bajó de la silla, pudiendo sentir su pene frotarse con mis pantimedias, enseguida le eché una mirada a su miembro y confirmé que era más grande de lo que había visto en el video, obvio quise probarlo y le dije “ahora es mi turno”. Al momento, dirigí mi boca a ese manjar, empezando a mamárselo como nunca, era delicioso, nunca había tenido un pene tan grande en mi boca mientras él me decía “así, así, mámamelo, escúpemelo, trágatelo entero, es todo tuyo”, ¡mmm, qué bien se lo mamé!, tan solo de acordarme, se me hace agua la boca, al tiempo que me agarraba de mi cabello y me lo jalaba, poniéndole ritmo a la mamada que le estaba dando.

Pasados unos minutos, él me levantó y me acostó en la cama, luego me dio unas pequeñas mordidas a mis piernas y se dirigió a mi vulva, enseguida abrí las piernas, entonces me la escupió y empezó a lamérmela más y más intensamente hasta que me rompió mis pantimedias, me frotó su pene directamente y al fin, me penetró agresivamente. Al instante, sentí un dolor recorrer mi cuerpo y le grité “nooo” pero pronto se convirtió en excitación, ya que se movía salvajemente, estaba siendo literalmente violada de forma brutal, lo hacía tan rápido y su miembro era tan grande y duro que tuve un gran orgasmo.

Después, me arrancó mi blusa y me rompió mi sostén para mamarme mis senos, incluso me los mordió y me los lamió para después, apretármelos y volvérmelos a morder, luego me sacó su pene, me puso de “a perrito” y me volvió a penetrar mientras le gritaba “más, más, dame más” y él me penetraba frenéticamente. Repentinamente, me preguntó “¿te gusta, perra?, ¿te gusta mi pene?”, le contestaba que sí, que me diera más y estuvo penetrándome tan fuerte que mi trasero se empezó a poner rojo y mi vulva ni se diga, entonces me sacó su pene y me sentó en la silla, enseguida empecé a estimularlo con mis manos hasta que eyaculó sobre mis piernas, enfundadas por esas pantimedias que tanto le gustaron, ya que tuvo una gran eyaculación que me cubrió mis muslos.

Cuando acabó, me besó en la boca, diciéndome “gracias, no sabes cuántos años estaba deseando esto”, luego se vistió y se fue con la cámara fotográfica mientras yo quedaba agotada y adolorida, nunca antes había tenido sexo salvaje y me agradó mucho; desgraciadamente, esa experiencia no quedó grabada en video, ya que la cámara se quedó escondida en la sala. Ahora, Eric es mi sobrino consentido y cada fin de semana, nos escapamos para dar rienda suelta a nuestros bajos instintos, la familia no se ha enterado y a pesar de que tiene novia, sigue reservándome un día a la semana para tomarme y por supuesto, tengo todos los encuentros atrapados en video, para masturbarme en lo que se llega el día de ser violada por mi sobrino.


Publié par ChicoRico
il y a 9 ans
Commentaires
21
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atilano22
à poche74 : wow
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Naughtynev69
Yummy
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me exito tu relato,por que mi hermano tambien me deja llenas de semen mis tangas,lo que no me da verguenza contar es que cuando no se seca la leche le paso la lengua,ellos con lo suyo y nosotras con lo nuestro,me falta lo sexual,pero lo disfruto
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paulscott
Quisiera ser un sobrino de ti.
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como quisiera poder tener sexo con mi tia tambien
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Hmmm...
Me dejaste la pija dura...
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bisexualpeach
Ojala... :wink:
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hirosharko
yo quiero :smile:
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No mames mamacita, que rico relato y que preciosa estas super mega sabroxaaaaa
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quiero se tu sobrino tambien!
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panama74
Muy buena historia
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Me encanto
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photsur
Que rica y perversa historia......
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tuve la maldita pija dura todo el tiempo que relatabas esta historia..
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Que suerte tiene tu sobrino nena
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zeusapolo
perversa historia pero excitante lee las mias y dime que te parecen
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Acek20
Great Story, pictures that could follow up with the story would make it even more exciting
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jesusjavier
Me gusto
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Wow great story, lucky nephew
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bigthing9
Ya quisiera ser tu sobrino mamasita rica
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regio_11
Excelente relato!
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