Noche en la disco

Fui con mi esposo de vacaciones hacía la costa nororiental de mi país, Venezuela, nosotros tenemos una casa a orilla de playa. En esa zona hay varios sitios donde venden cerveza, preferiblemente la Polar, la mejor cerveza del mundo. Hay dos sitios que son unas disco. Una noche después de cenar en un típico restaurante a la orilla de la playa, decidimos ir a una de esas. Yo tenia una faldita y un top cuyo fondo es blanco pero que tiene unos diseños verdes y azules con unas caritas sonriendo. Mi esposo me tomo algunas fotografías del conjunto playero.



Entramos a la disco, estaba bastante oscura y llena de gente. La música a todo volumen y la gente bailando y saltando. A duras penas llegamos a la barra y mi esposo pidió un par de cervezas. Estábamos rodeados de unos chicos y chicas. Al rato entablamos conversación con ellos. Hablamos de béisbol, fútbol y por supuesto el deporte nacional: Hablar paja de Chávez ja ja ja ja. Así estuvimos como una hora hablando con esos jóvenes. Baile con algunos de ellos. Al rato otro chico que recién se integraba al grupo, me invitó a bailar, le pidió permiso a mi esposo nuevamente y él accedió, no es celoso ni desconfía de mí. Así que comencé a bailar con aquel muchacho como de 17 o 18 años, era un moreno muy alto y atlético, como la mayoría de ellos. Al principio el baile fue normal, pero unos minutos después fui notando que su miembro crecía, se le ponía duro, entiendo que los hombres a esa edad son muy calientes, pero este me pareció el colmo, apenas llevábamos 2 minutos bailando, pero me pareció divertido y quise “jugar” con el chico, y esta idea me calentó.



Cuando el chico me atrajo hacia él, mis caderas y mi rajita quedaron a la altura de su miembro, ya completamente erecto, mi panty como siempre es pequeñísima, tipo hilo dental azul y por delante un escaso pedacito de tela me cubría la bien depilada rajita, yo coloqué mi pelvis de frente contra su miembro y dejé que lo presionara contra mi coñito, suavemente meneaba las caderas para excitarlo más. Poco a poco nos fuimos aproximando a una pared de la disco, ya estábamos alejados del grupo donde estaba mi esposo y apenas lo veía, los que estaban bailando a nuestro lado, eran los amigos y amigas del chico, y me percate que hacían como una especie de barrera entre la muchedumbre de personas que estaban bailando y la zona donde estaba mi esposo. En ese instante, las manos del chico fueron hacia mis nalgas, tampoco dije nada, le dejé que me las tocara, una de sus manos se apartó de ellas y fue hacia su pantalón de baño y extrajo su miembro, era enorme, lo podía sentir, sus manos se deslizaron contra el borde de mi panty y lo hicieron a un lado. - “Qué hago?”, me pregunté, pero no dije nada, lo siguiente que recuerdo es su verga deslizándose entre mis labios vaginales, y yo abriendo los muslos para que me frotara mejor y luego él tomó su miembro y me lo comenzó a deslizar hacia adentro!!!! Me lo introdujo TODO. Le dije: - “Por favor, espera, aquí no, sácamelo”, pero ya mi rajita lo estaba ordeñando con todo lo que tenía, voltee nuevamente a mirar a mi esposo y él charlaba con tres chicas y dos chicos. El chico no me hizo caso, me lo metió más fuerte, más duro, mi raja estaba abierta a máxima capacidad, me encanta cuando me penetra un pene grande. Lo tomé de las nalgas y lo atraje hacia mi diciéndole: - “Duro, házmelo rápido, por favor mételo duro”.



La música ahogaba mis gemidos y los golpes de su vientre con mi pelvis, comencé tener uno de los varios orgasmos de aquel breve encuentro, en un segundo él ya tenía mis pezones en su boca, succionaba y chupaba con fruición, son grandes y muy rosados, lo mismo los senos. En aquella posición debió tocar mi punto “G” pues comencé a tener orgasmo tras orgasmo, y placer tan intenso que comencé a llorar y a sentir una profundas ganas de orinar sentí que me bajaba un líquido muy abundante, diferente al del orgasmo normal, sé que cuando a una mujer le estimulan su punto “G” literalmente “eyacula” como un hombre. Sus movimientos se hicieron más fuertes y rápidos, signo inequívoco de un inminente eyaculación: - “Oh, recordé con terror, no me estoy cuidando” casi sin voluntad le dije: -“Sácamela por favor, no me estoy cuidando”, él asintió con la cabeza y un lejano “ok”, y yo estaba en un punto en que todo pensamiento sobre mi marido, se habían ido. Estaba con un chico con una enorme verga.


Mi cuerpo finalmente tenia lo que había estado esperando toda la noche. Gemía cada vez que el se cerraba de golpe contra mí, no podía oponerme al placer puro que su gran verga me daba. Era fantásticamente morboso y repugnante tenia una verga prohibida dentro de mí, y de un tamaño, que tenia gran alcance dentro de mí, y sentía mi siguiente clímax que se acumulaba en mi estomago muy rápidamente, iba a venirme otra vez. Entonces el chico empezó a empujar mas fuerte, sabia que él estaba a punto de venirse también. Por un momento estuve algo desilusionada porque sabia que él tendría que sacarme su verga antes de que yo pudiera venirme otra vez. Estaba así de cerca. Entonces lo sentí. La sensación que he anhelado sentir nuevamente cada día desde ese momento. Su cuerpo entero convulsionándose sobre mí, sentía la punta de su verga contra mi cerviz. Dios sentia su pene temblando y vibrando. Que rico dije. Él gimió en voz alta y tiro los primeros chorros de su semen, fueron ocho o quizás 10 impactos profundamente dentro de mí. Mi Dios, el no lo sacaba. Él sé venia adentro de mí. Me llene de las sensaciones del terror absoluto y éxtasis. Intente empujarlo fuera de mí, pero era demasiado tarde. Sus manos sostenían mis caderas y él empujaba en mi con toda la fuerza e intensidad de su orgasmo, tanto que podía sentir literalmente su caliente esperma dentro de mí. Brotaban con tal fuerza y en cantidades que podía sentir cada chorro prohibido golpear mi cerviz y penetrar a través de mi matriz. “Debo sacarlo" pensé, pero no podía. Él sé venia, dentro de mí y sentía que mis caderas comenzaron otra vez, en forma involuntaria a empujar fuertemente contra él. Era el orgasmo más intenso que he tenido de un solo golpe y a medida que el continuo empujando yo no podía hacer nada y lo único que deseaba hacer era asir su trasero y tirar de él en contra mi para que me penetrara más. Mi conciencia entera ahora solo se centraba en ese placer entre mis piernas y grite por una de las experiencias sexual más grande de mi vida. Me estremecí por la onda de éxtasis que paso a través de mi cuerpo. Y tire de él hacia mí cada vez mas profundo. Era maravilloso. Podía sentir su semen derramarse fuera de mí y pasar por la grieta de mi ano mientras seguía saliendo de él a borbotones. No podía creer la gran cantidad de esperma de él. Mientras que se mitigaban las ondas, podía sentir el calor de su carga que se alejaba hacia las profundidades de mi cuerpo. En ese momento me di cuenta que el disco que bailábamos llegaba a su fin, habían pasado como 7 minutos!!! Corrí a la ducha de la disco y me bañé. Una de las chicas que estaba en el grupo me ayudo, no sin antes decirme: -“Una buena cogida, cierto?” Me reí y le dije que si y le di las gracias por haberme ayudado. Regresé al lado de mi esposo, me dijo: - “Tenías calor?” le dije: - “Sí, pero ya pasó, ya se me quitó la calentura”. Al día siguiente corrí a la primera farmacia que encontré para comprar una pastilla de postinor.