EL ASCENSO

Hoy os voy a contar otra historia que nos pasó a mi mujer y a mí y que cada vez que se la recuerdo a mi esposa se pone cachonda al instante y moja sus braguitas.

Yo hace unos años entrenaba a un equipo de fútbol de jóvenes de unos *******, era una afición para mí por mi gusto por el futbol. En ese año hicimos una gran temporada y subimos de categoría.
Fue una fiesta, los chicos estaban muy contentos y yo por haber conseguido ese logro, como premio llamé a un servicio de prostitutas para que vinieran a la celebración que estábamos organizando en el vestuario.

Los chicos estaban tomando unas cervezas, cuando llegaron las chicas, eran muy monas jóvenes y sobre todo con buenas tetas. Al ver a las chicas los más retraídos o vergonzosos se fueron pronto ya que no querían disgustar a sus novias. Un grupo de unos siete se quedó para seguir con la fiesta.
Las chicas pronto se empezaron a desnudarse, y al poco estaban bajando los pantalones de la equipación para sacar las pollas a los chicos.
‘¡Menuda fiesta entrenador¡’ me comentó uno de los chavales…. Al quedar menos chicos, casi tocaban a dos muchachas por chico, asi que empezaron a chuparles las pollas…

Yo no quise participar, si no que me limité a mirar el espectáculo, cuando estaban apunto ya de empezar a follar a las chicas, apareció mi mujer en el vestuario, me montó un pollo y se puso como una fiera, me comentó que eran ******* y podría tener yo problemas. Eso hizo que las chicas contratadas se fueran rápido cogiendo sus ropas
El capitán del equipo se cabreó conmigo y me dijo ahora que hacemos, esto no puede quedar asi, estamos contentos y empalmados. Yo miré a mi mujer y creo que ella pilló la indirecta. Le dije Mari, tendrás que seguir tú la fiesta……
Ella al principio se puso un poco reacia pero cuando se vio rodeada de las pollas de los chicos, se dejo desnudar por los chicos. Las pollas de los chicos no habían perdido fuerza, estaban bien erectas y preciosas mirando a la cara de mi mujer.
Ya despelotada, empezó a chupar las pollas de los chavales, unos tenían unas pollas desproporcionadas, eran grandes y gordas para su edad. Algunos empezaron a manosear el chochete de mi mujer y sus tetas. Ella empezó a estar en su salsa y no paraba de contorsionarse y chupar pollas…. Algunos chicos entre las chavalas de antes y el buen arte de mi mujer empezaron a correrse como locos en la cara y boca de mi mujer, la muy guarrilla no dejaba ni gota de su semen.

Al poco tumbaron a mi mujer sobre una mesa y empezaron a follarla por turnos, los chicos que ya se habían corrido volvían a tener las pollas erectas.
Yo me empecé a masturbar viendo lo guarra que es mi Mari, los chicos hacían turno en su boca y su coñito. Ella no paraba de tener orgasmos, temblaba con cada orgasmo y los chicos me sonreían como gratitud.
Al poco cambiaron de postura y quisieron hacerle una doble penetración a mi mujer. Ella por poco se desmaya al sentir dos pollas jóvenes y duras una en su ano y otra en su coño.

La boca tampoco dejaba de chupar pollas. Estuvieron largo rato follando, se turnaban los chicos para que todos disfrutaran de todas las partes de mi linda esposa.
Cuando acabó el último chaval en correrse en mi mujer, saco su polla de su coño y salió tal cantidad de lefa que pringó todas sus piernas. La múltiples corridas que le endiñaron al chochete de mi mujer hicieron que pareciera un geiser de semen.
Los chavales se fueron muy contentos, y yo viendo a mi mujer aún abierta de piernas con el chochete todo inundado de lefa, me fui a ella y le metí mi polla. El coñito de mi mujer entre sus corridas y el semen que tenía aun dentro parecía mantequilla era una lubricación extra que nunca había experimentado.

Ella me dijo, ‘’venga maridito no tardes mucho en correrte que ya tengo el coñito un poco escocido de tanto pollazo’’, entre lo caliente que estaba y lo suave de la penetración, me empecé a correr al poco tiempo y añadí más semen al interior de la vagina de mi esposa.
Mi mujer no olvida la experiencia, yo creo que incluso queda alguna vez con algún chico a escondidas de mi para follarlo. Yo abandoné lo de ser entrenador de ellos, pero no deje de admirar lo guarra que es mi esposa con tanto rabo joven.