Sissy 9 - Jaula de castidad
Gracias a la práctica del edging pasaba muchas horas conectado a internet viendo pornografía. Eso hizo que topara casualmente con las prácticas BDSM, las cuales siempre me han gustado mucho, y en consecuencia me topé con un restrictor que de entrada me pareció muy extraño: la jaula de castidad masculina. En ese momento, estoy hablando de hace años, no había tantos proveedores en internet, y solo había la marca CBT cuyo precio de la jaula era de unos 150€. Ha pasado mucho tiempo des de entonces y por suerte hoy día hay muchísimos proveedores de jaulas, han mejorado mucho su diseño y su precio también ha bajado mucho.
Des de que tuve conocimiento de este elemento restrictor tuve el deseo de poder adquirir uno y llevarlo puesto. Es curioso que ese deseo sea algo tan instintivo porqué es probable que a muchos hombres les parezca algo innecesario y desagradable. En mi caso, era un elemento que me podía ayudar a vivir mi fantasía preferida: la de cornudo enjaulado o su derivada sissy.
Después de varios años comprando diferentes modelos y probandolos puedo decir que tengo algo de conocimieto al respecto. Y me gustaría poder compartirlo con vosotras por si en algun momento queréis probar uno. Para empezar, es una práctica que la recomiendo cien por cien a todas esas personas que les guste la sumisión y que sean mentalmente unas viciosas.
Vamos a empezar por el principio. Para mi la jaula de castidad masculina es el modificador de conducta definitivo. Creo que no hay ningun otro dispositivo que consiga modificar hasta ese punto la conducta personal de los varones. Dicho esto, este texto va dirigido a dos colectivos; al de los varones que quieran potenciar su sumisión, y al de las mujeres que tengan como pareja un hombre y que desean una pareja más sumisa.
Recomiendo totalmente vivir la experiencia de la jaula de castidad con pareja, ya sea mujer u hombre. Ya que al fin y al cabo es una experiencia de sumisión, y como tal es necesaria otra persona a la que ser sumiso/a. Se puede jugar de manera individual, pero en realidad tiene mucho más sentido y es mucho más gratificante, hacerlo con otra persona.
Información práctica
Dicho esto, algunos consejos prácticos. Recomiendo cien por cien comprar un producto bien desarrollado. Hay muchas opciones y hay algunas que parecen ser jaulas casi mediavales. Recomiendo escoger un producto que se vea que es muy ergonómico, sin aristas y que todo se vea muy bien redondeado. Hay que escoger un producto que tenga realmente un tamaño adecuado para el varón, una jaula demasiado grande no conseguirá el objetivo y una jaula demasiado pequeña, resultará demasiado incómoda para un uso prolongado. Por tanto tiene que quedar bien ajustada al tamaño del pene, y muy importante, seleccionar un aro que tenga el diámetro correcto. En cuanto al candado recomiendo totalmente los modelos que integran la cerradura en la propia estructura de la jaula. De esta manera el producto queda mucho más compacto, los modelos que tienen un candado exterior suelen ser más voluminosos y depende del uso que queramos hacer, pueden hacer ruido al golpear con la jaula. Otro de los motivos es que al ser dos elementos que encajan (el aro y la jaula del pene) puede que tengan un poco de juego si no esta bien diseñado, que se muevan sin querer, y eso puede producir dolorosos pinchazos en la piel los cuales son extremadamente desagradables. Generalmente los modelos que tienen el candado integrado no se mueven. En cuanto a materiales, he tenido jaulas de metal, silicona y algun tipo de plástico duro. Las de silicona son inútiles, no tienen ningún tipo de sentido ya que se deforman, con lo que las descartamos. Las metálicas pesan bastante más que las de plástico y son muy resistentes, con lo que pueden ser una buena opción. Y las de plástico son mis preferidas porqué pesan menos y son muy cómodas de llevar.
Uno de mis objetivos era poder llevar la jaula en mi día a día, hacer vida normal enjaulado, es por este motivo que recomiendo las jaulas compactas, bien ergonómicas, con candado integrado, y cómodas. La comodidad para mi es esencial, ya se que hay veces que le sumiso desea ser maltratado, pero no hay necesidad de usar una jaula que no funcione bien. Para mi lo prioritario es sentir que la jaula se adapta perfectamente y que no produce ningún tipo de dolor. Al final, vamos a pasar mucho tiempo con ella puesta, y tiene que encajar bien y sin dolor, como esperaríamos de un anillo, de la ropa interior, o la ropa que usamos a diario. Que encaje bien en nuestro cuerpo.
Otra característica son las jaulas abiertas y las jaulas cerradas. Recomiendo totalmente las jaulas abiertas porqué son mucho más higiénicas. Aunque eso no significa que nuestro pene no requiera limpieza e higiene. Aunque llevemos una jaula abierta, eso no quiere decir que sea algo limpio. Siempre vamos a necesitar lavarnos cada día.
Compromiso
Muchas de las fantasías iniciales de los sumisos, incluido yo, es la de llevar de manera permanente y durante mucho tiempo la jaula. La verdad es que no es una opción muy realista y hay que ser conscientes de ello. Es un propósito maximalista, y como muchos otros propositos de máximos, tienden a no cumplirse. Recomiendo asumir un propósito más realista, que sea menos exigente, pero que se pueda cumplir. Al final es más interesante vivir esta experiencia el máximo tiempo posible, más que un corto período de tiempo.
En mi caso tardamos un tiempo en conseguir un buen equilibrio. Antes de eso vivimos diferentes momentos frustrantes. Por ejemplo, si la jaula no se adapta correctamente al cuerpo y te produce dolor, es muy probable que el sumiso abandone. Si la jaula es muy aparatosa y no permite llevarla en el día a día, en alguna ocasión el sumiso deseara poder liberarse para estar más tranquilo con lo que romperá el compromiso. Por eso es muy importante definir bien cual es ese compromiso y tener una buena jaula que cumpla las espectativas y necesidades. Si no se cae en el riesgo de fracasar en el intento, sentirxe frustrado y generar muchas. más frustración a tu pareja.
Nosotros planteamos la Jaula de la siguiente manera. Convenimos que un día de la semana, el domingo en nuestro caso, definíamos cual sería el uso de la jaula para los próximos siete días. Es decir, previsualizamos la semana teniendo en cuenta obligaciones, horarios laborales, actividades sociales, deportivas, etc. definíamos qué días era obligatorio llevar la jaula, y qué días había la opción de no llevarla. El objetivo era llevarla el máximo de días posibles, pero dejamos la puerta abierta a que la parte que ostentaba el control y el poder de la jaula (la pareja) tuviera la opción de decidir si algún día me liberaba.
Definimos también un horario de llevar jaula. En este caso planteamos llevarla durante el día de 8h de la mañana a 20h de la tarde aproximadamente. El objetivo era permitir que la piel alrededor del pene pudiera descansar correctamente, y realmente era necesario para limpiar correctamente toda la piel que permanecía en contacto con el material plástico de la jaula. Entendimos que llevarla 24h todos los días era un planteamiento excesivo y considero que eso fue un gran acierto. Como he dicho antes, el objetivo era vivir de esta manera el máximo tiempo posible, no fantasear con esa idea muy intensamente durante tres o cuatro días, y después dejarlo estar.
Cada pareja y cada persona es un mundo, pero en nuestro caso este sistema nos funcionó durante 21 días, en los cuales llevé la jaula aproximadamente unas 12 horas diarias. Incluso algún fin de semana, debido a la ausencia de mi pareja por viaje de placer, la llevé 72h de manera continuada. Al fin y al cabo limitar hasta cierto punto este juego es muy sano, por un lado la parte sumisa puede asumir ese compromiso, con lo que se siente bien por haberlo cumplido. Y por otro lado, la parte dominante está profundamente satisfecha porqué ve que el compromiso es real, y no es fruto solamente de la fantasía de su pareja. Al fin y al cabo es muy importante que la parte dominante se sienta satisfecha de esta relación. Estoy seguro que muchas mujeres disfrutarían de una relación de este tipo, aunque también estoy seguro que muchas de ellas no se han encontrado con la posibilidad, o no la contemplan para nada porqué no saben que es posible.
Yo me transformo
Ahora sí, el momento clave, la explicación de la transformación del universo emocional por el uso de la Jaula de castidad. Considero como ya he dicho que la Jaula de Castidad es el modificador de conducta más potente si se usa correctamente.
En mi caso des del momento que me puse una buena jaula de castidad la sentí como parte de mi. Nunca la entendí como un objeto ajeno a mi cuerpo, ni un objeto restrictor y limitador, sino como un objeto que potenciaba lo mejor de mi, que me hacía feliz, y lo más importante, que hacía feliz a mi persona dominante (mi pareja).
Cada persona lo vive de una manera diferente, pero en mi caso hacía años que deseaba poder experimentar una relación basada en el poder, y esta era una muy buena manera por hacerlo. Tengo que decir, que mi pareja no es especialmente dominante (como seguramente muchas mujeres) pero sí que tiene una necesidad vital de control. Le gusta tener todo lo posible controlado porqué lo necesita para estar bien, de modo que vio en el hecho de que yo llevara una Jaula como una buena manera de ostentar ese control, aunque en el fondo lo que adquiría, era poder también. Hago esta matización porqué animo a todas las mujeres, aunque no se consideren dominantes, a que incluyan esta práctica en sus estilos de vida. Las satisfacciones que conseguirán con esto son enormes.
Indaguemos un poco más en las motivaciones psicológicas... en el texto anterior hice una reflexión que es el punto de partida de todo esto y el factor más importante. Internamente tengo un yo niño el cual está herido, tiene miedo, es inseguro y busca una figura protectora. Durante mi proceso de crecimiento y edad adulta joven, intenté tener relaciones con chicas (lo normal por la edad) pero siempre me sentí muy inseguro, nervioso, y me producía ansiedad pensar que en algun momento debería tener sexo con ellas. Eso me pasaba porqué la sexualidad conectaba con ese yo niño, el cual todavía no había madurado suficiente para vivir el sexo des de una posición de seguridad y confianza para asumir un rol activo. Como ya sabéis mis relaciones sexuales como activo fueron siempre bastante desastrosas, y ese yo niño no evolucionó. A veces, cuando tenía alguna cita o pensaba que podía haber sexo con una chica sentía mucha ansiedad, y pensaba que todo sería más fácil si la chica me dijera que esa noche no habría sexo, quizá besos pero nada de penetración. Cuando tenía una cita y era evidente que no habría sexo me sentía mucho más tranquilo y relajado, en cambio, cuando sí había la opción me entraban muchas dudas. En cierto modo prefería las citas o encuentros en que no había opción de nada más que charlar y como mucho besarnos. Por eso cuando encontré la Jaula de Castidad, lo vi como una solución a ese problema. Pensar que debía llevar ese elemento restrictor me hacía sentir tranquilo, en paz, alejaba la ansiedad que me producía el contacto sexual como activo.
Cuando encontramos la manera con mi pareja de llevar esa jaula lo sentí como una bendición. A pesar de haber pasado mucho tiempo des de esos momentos en que no daba la talla, internamente continuo teniendo ese niño herido y miedoso. Llevar la Jaula me hacía sentir que no tenía que preocuparme para afrontar una situación sexual como activo y eso me tranquilizaba mucho.
Otro elemento muy importante era la de conseguir la aceptación de la otra persona. Para mi es muy importante sentir que las otras personas me reconozcan o me den mensajes positivos. Es decir, mi yo niño necesita una figura que me proporcione seguridad, una figura la cual me demuestre confianza, una figura que me diga "buen chico" o "buena chica". Todo eso me reconforta, me tranquiliza, y me hace sentir bien. El hecho de llevar la Jaula hace que la manera de vivir la relación sea la de una figura débil frente a una figura que tiene control. Control acaba siendo seguridad, y seguridad es bienestar. Me incomoda mucho incomodar a las otras personas también, soy de una manera que el conflicto me tensa mucho, y me cuesta mucho decir lo que pienso si se que va a m*****ar a otra persona. Sobretodo si no tengo suficiente confianza con la otra persona. Eso hace que en general intente caer bien, y que tengan una imagen positiva de mi. Me siento mucho más cómodo haciendo esto que decir del todo lo que pienso y crear una situación de tensión e incomodidad.
Por estos motivos establecer una relación de sumisión con mi pareja mediante una Jaula me parecía algo hecho a medida. Hay que tener en cuenta que la jaula limita el ego masculino. Muchos varones centran su yo, y su ego, en el pene. Para ellos tener un pene grande, funcional, y potente es sinónimo de satisfacción, de orgullo y de virilidad. Todo eso refuerza su autoestima y su confianza. Llevar jaula elimina este ego masculino y produce muchos cambios de auto percepción. La jaula convierte el varón en un hombre impotente y por tanto su funcionamiento interno cambia. Se convierte en más dócil, más atento, menos impulsivo, más reflexivo, más servicial. Entiende que su satisfacción y bienestar consigo mismo no está en complacer de manera caprichosa las necesidades de su pene (cosa que hacen muchos varones), y empiezan a sentir satisfacción complaciendo a su pareja. Esto genera una dinámica super positiva porqué empiezan a necesitar complacer y obedecer, y su pareja ve en ellos una buena herramienta para hacer su vida más fácil. Este juego tiene connotaciones sexuales pero al final, el resultado no tiene que ser sexual. La pareja puede aprovechar esa disposición del sumiso para beneficiarse en muchos aspectos de la vida cotidiana. Por ejemplo durante mi captiverio me dediqué a cumplir una serie de tareas las cuales sentía mucha satisfacción al realizarlas. Por ejemplo me dedicaba siempre a limpiar los platos, en cocinar, en preparar la mesa para comer y despararla, en limpiar la ropa, tenderla, recogerla, plegarla y guardarla dónde tenía que estar, en ir a comprar, en tener la casa siempre a punto. Me gustaba verme como un amo de casa, dedicarme a tener la casa perfecta para ella. Cualquier cosa que la liberase tiempo y que disponiera de tiempo libre me hacía sentir bien. Quería que ella tuviese tiempo libre para hacer sus actividades deportivas y de ocio sin tener que pensar en cosas cotidianas. Me producía mucha satisfacción saber que gracias a mi ella podía quedar para tomar algo con sus amigas, o con algún amigo de trabajo.
Esta predisposición que fue creciendo con el tiempo también hizo que me gustara satisfacer sus caprichos. Por ejemplo, un día que llegamos tarde por la noche a las 4h, me dijo que le apetecía comer algo en casa pero que no teníamos nada. Sin que me lo pidiera le propuse que cuando llegaramos iría a buscar algun supermercado abierto 24 horas y que compraría lo que ella quisiera. Al llegar anduve 20 minutos hasta el supermercado y volvi a casa para prepararle lo que quería. Me encantó poder hacerlo y supongo que a ella también.
Esta dinámica produce este tipo de relación, y ayuda a la parte sumisa a entender que no tiene del todo la capacidad de decidir por si mismo. A pesar de ser muy complaciente como he dicho antes, había momentos en que ella decidía cosas por mi. Por ejemplo si salíamos a cenar con unos amigos, y las chicas querían ir a una discoteca, ella decidía si me podía quedar o me tenía que ir. Evidentemente no lo decía abiertamente sino que me lo decía solo a mi, y entonces era cosa mía hacer eso. Hubo ocasiones en que me quería ir pero no pude, y al revés. Pero al fin y al cabo se trataba de que la decisión la tomara ella.
Para las mujeres es realmente un placer poder tener a su pareja en este estado de sumisión. Esto no quiere decir que el sumiso tenga que ser dependiente, él tiene que ser independiente y proactivo, y facilitar la vida a su pareja. Eso ayuda mucha a las mujeres porqué poco a poco se van empoderando. Para las mujeres que no estén acostumbradas a tener ese rol es una muy buena práctica para que la puedan desarrollar y sentirse realizadas. Supongo que las mujeres que ya son dominantes de por si esta práctica les puede parecer genial porqué pueden potenciar todavía más ese poder.
Aparte de todo lo que he explicado en relación a la pareja el uso de la Jaula también condicionó la manera en que me veía a mi mismo sexualmente. Evidentemente me sentía muy poco viril como si no tuviera pene, pero en realidad sin la Jaula ya me sentía un poco así, pero llevarla lo potenció.
Como ya fantaseaba con la idea de convertirme en Sissy, el hecho de llevarla lo potenció mucho. Me sentía mucho más cerca de ese rol y me veía más identificado. Eso hizo que comprará más ropa de chica, faldas, tops, zapatos, collares, accesorios, y sobretodo ropa interior. Algunos días en que me encontraba sola en casa me vestía de chica, empezaba a jugar con la ropa y me hacía un conjunto Sissy. Me sentía avergonzada por eso pero al mismo tiempo me daba mucho morbo por hacer esos pequeños pasos. Como un ejercicio de consolidación me hacía fotografías vestida de Sissy para recordar que ya había pasado esa línea.
Otra de las cosas que también me motivó mucho al llevar la Jaula fue la de masturbarme penetrandome analmente. Como no tenía posibilidad de estimular mi pene como un chico cualquiera, pero necesitaba conectar con esa parte sexual instintiva, empecé a usar mucho más mis dildos. Cada dos días me lavaba bien, y me penetraba durante un rato, imaginando que era una buena práctica para alguien como yo con el pene enjaulado.
Por tanto, depende de cada persona la jaula de castidad puede ser un gran transformador hacia una dirección u otra. Pero para mi lo más importante ha sido la relación de pareja que se establece al llevarla. Es lo más gratificante y lo mejor. Después el resto de cosas que puede potenciar también son muy buenas, pero supongo que depende de cada persona será una cosa u otra. Como he dicho, en mi caso aparte de asumir un rol más servicial, dócil y agradable con otras personas, también me ayudó a asumir hábitos y prácticas más propias de las Sissys.
Des de que tuve conocimiento de este elemento restrictor tuve el deseo de poder adquirir uno y llevarlo puesto. Es curioso que ese deseo sea algo tan instintivo porqué es probable que a muchos hombres les parezca algo innecesario y desagradable. En mi caso, era un elemento que me podía ayudar a vivir mi fantasía preferida: la de cornudo enjaulado o su derivada sissy.
Después de varios años comprando diferentes modelos y probandolos puedo decir que tengo algo de conocimieto al respecto. Y me gustaría poder compartirlo con vosotras por si en algun momento queréis probar uno. Para empezar, es una práctica que la recomiendo cien por cien a todas esas personas que les guste la sumisión y que sean mentalmente unas viciosas.
Vamos a empezar por el principio. Para mi la jaula de castidad masculina es el modificador de conducta definitivo. Creo que no hay ningun otro dispositivo que consiga modificar hasta ese punto la conducta personal de los varones. Dicho esto, este texto va dirigido a dos colectivos; al de los varones que quieran potenciar su sumisión, y al de las mujeres que tengan como pareja un hombre y que desean una pareja más sumisa.
Recomiendo totalmente vivir la experiencia de la jaula de castidad con pareja, ya sea mujer u hombre. Ya que al fin y al cabo es una experiencia de sumisión, y como tal es necesaria otra persona a la que ser sumiso/a. Se puede jugar de manera individual, pero en realidad tiene mucho más sentido y es mucho más gratificante, hacerlo con otra persona.
Información práctica
Dicho esto, algunos consejos prácticos. Recomiendo cien por cien comprar un producto bien desarrollado. Hay muchas opciones y hay algunas que parecen ser jaulas casi mediavales. Recomiendo escoger un producto que se vea que es muy ergonómico, sin aristas y que todo se vea muy bien redondeado. Hay que escoger un producto que tenga realmente un tamaño adecuado para el varón, una jaula demasiado grande no conseguirá el objetivo y una jaula demasiado pequeña, resultará demasiado incómoda para un uso prolongado. Por tanto tiene que quedar bien ajustada al tamaño del pene, y muy importante, seleccionar un aro que tenga el diámetro correcto. En cuanto al candado recomiendo totalmente los modelos que integran la cerradura en la propia estructura de la jaula. De esta manera el producto queda mucho más compacto, los modelos que tienen un candado exterior suelen ser más voluminosos y depende del uso que queramos hacer, pueden hacer ruido al golpear con la jaula. Otro de los motivos es que al ser dos elementos que encajan (el aro y la jaula del pene) puede que tengan un poco de juego si no esta bien diseñado, que se muevan sin querer, y eso puede producir dolorosos pinchazos en la piel los cuales son extremadamente desagradables. Generalmente los modelos que tienen el candado integrado no se mueven. En cuanto a materiales, he tenido jaulas de metal, silicona y algun tipo de plástico duro. Las de silicona son inútiles, no tienen ningún tipo de sentido ya que se deforman, con lo que las descartamos. Las metálicas pesan bastante más que las de plástico y son muy resistentes, con lo que pueden ser una buena opción. Y las de plástico son mis preferidas porqué pesan menos y son muy cómodas de llevar.
Uno de mis objetivos era poder llevar la jaula en mi día a día, hacer vida normal enjaulado, es por este motivo que recomiendo las jaulas compactas, bien ergonómicas, con candado integrado, y cómodas. La comodidad para mi es esencial, ya se que hay veces que le sumiso desea ser maltratado, pero no hay necesidad de usar una jaula que no funcione bien. Para mi lo prioritario es sentir que la jaula se adapta perfectamente y que no produce ningún tipo de dolor. Al final, vamos a pasar mucho tiempo con ella puesta, y tiene que encajar bien y sin dolor, como esperaríamos de un anillo, de la ropa interior, o la ropa que usamos a diario. Que encaje bien en nuestro cuerpo.
Otra característica son las jaulas abiertas y las jaulas cerradas. Recomiendo totalmente las jaulas abiertas porqué son mucho más higiénicas. Aunque eso no significa que nuestro pene no requiera limpieza e higiene. Aunque llevemos una jaula abierta, eso no quiere decir que sea algo limpio. Siempre vamos a necesitar lavarnos cada día.
Compromiso
Muchas de las fantasías iniciales de los sumisos, incluido yo, es la de llevar de manera permanente y durante mucho tiempo la jaula. La verdad es que no es una opción muy realista y hay que ser conscientes de ello. Es un propósito maximalista, y como muchos otros propositos de máximos, tienden a no cumplirse. Recomiendo asumir un propósito más realista, que sea menos exigente, pero que se pueda cumplir. Al final es más interesante vivir esta experiencia el máximo tiempo posible, más que un corto período de tiempo.
En mi caso tardamos un tiempo en conseguir un buen equilibrio. Antes de eso vivimos diferentes momentos frustrantes. Por ejemplo, si la jaula no se adapta correctamente al cuerpo y te produce dolor, es muy probable que el sumiso abandone. Si la jaula es muy aparatosa y no permite llevarla en el día a día, en alguna ocasión el sumiso deseara poder liberarse para estar más tranquilo con lo que romperá el compromiso. Por eso es muy importante definir bien cual es ese compromiso y tener una buena jaula que cumpla las espectativas y necesidades. Si no se cae en el riesgo de fracasar en el intento, sentirxe frustrado y generar muchas. más frustración a tu pareja.
Nosotros planteamos la Jaula de la siguiente manera. Convenimos que un día de la semana, el domingo en nuestro caso, definíamos cual sería el uso de la jaula para los próximos siete días. Es decir, previsualizamos la semana teniendo en cuenta obligaciones, horarios laborales, actividades sociales, deportivas, etc. definíamos qué días era obligatorio llevar la jaula, y qué días había la opción de no llevarla. El objetivo era llevarla el máximo de días posibles, pero dejamos la puerta abierta a que la parte que ostentaba el control y el poder de la jaula (la pareja) tuviera la opción de decidir si algún día me liberaba.
Definimos también un horario de llevar jaula. En este caso planteamos llevarla durante el día de 8h de la mañana a 20h de la tarde aproximadamente. El objetivo era permitir que la piel alrededor del pene pudiera descansar correctamente, y realmente era necesario para limpiar correctamente toda la piel que permanecía en contacto con el material plástico de la jaula. Entendimos que llevarla 24h todos los días era un planteamiento excesivo y considero que eso fue un gran acierto. Como he dicho antes, el objetivo era vivir de esta manera el máximo tiempo posible, no fantasear con esa idea muy intensamente durante tres o cuatro días, y después dejarlo estar.
Cada pareja y cada persona es un mundo, pero en nuestro caso este sistema nos funcionó durante 21 días, en los cuales llevé la jaula aproximadamente unas 12 horas diarias. Incluso algún fin de semana, debido a la ausencia de mi pareja por viaje de placer, la llevé 72h de manera continuada. Al fin y al cabo limitar hasta cierto punto este juego es muy sano, por un lado la parte sumisa puede asumir ese compromiso, con lo que se siente bien por haberlo cumplido. Y por otro lado, la parte dominante está profundamente satisfecha porqué ve que el compromiso es real, y no es fruto solamente de la fantasía de su pareja. Al fin y al cabo es muy importante que la parte dominante se sienta satisfecha de esta relación. Estoy seguro que muchas mujeres disfrutarían de una relación de este tipo, aunque también estoy seguro que muchas de ellas no se han encontrado con la posibilidad, o no la contemplan para nada porqué no saben que es posible.
Yo me transformo
Ahora sí, el momento clave, la explicación de la transformación del universo emocional por el uso de la Jaula de castidad. Considero como ya he dicho que la Jaula de Castidad es el modificador de conducta más potente si se usa correctamente.
En mi caso des del momento que me puse una buena jaula de castidad la sentí como parte de mi. Nunca la entendí como un objeto ajeno a mi cuerpo, ni un objeto restrictor y limitador, sino como un objeto que potenciaba lo mejor de mi, que me hacía feliz, y lo más importante, que hacía feliz a mi persona dominante (mi pareja).
Cada persona lo vive de una manera diferente, pero en mi caso hacía años que deseaba poder experimentar una relación basada en el poder, y esta era una muy buena manera por hacerlo. Tengo que decir, que mi pareja no es especialmente dominante (como seguramente muchas mujeres) pero sí que tiene una necesidad vital de control. Le gusta tener todo lo posible controlado porqué lo necesita para estar bien, de modo que vio en el hecho de que yo llevara una Jaula como una buena manera de ostentar ese control, aunque en el fondo lo que adquiría, era poder también. Hago esta matización porqué animo a todas las mujeres, aunque no se consideren dominantes, a que incluyan esta práctica en sus estilos de vida. Las satisfacciones que conseguirán con esto son enormes.
Indaguemos un poco más en las motivaciones psicológicas... en el texto anterior hice una reflexión que es el punto de partida de todo esto y el factor más importante. Internamente tengo un yo niño el cual está herido, tiene miedo, es inseguro y busca una figura protectora. Durante mi proceso de crecimiento y edad adulta joven, intenté tener relaciones con chicas (lo normal por la edad) pero siempre me sentí muy inseguro, nervioso, y me producía ansiedad pensar que en algun momento debería tener sexo con ellas. Eso me pasaba porqué la sexualidad conectaba con ese yo niño, el cual todavía no había madurado suficiente para vivir el sexo des de una posición de seguridad y confianza para asumir un rol activo. Como ya sabéis mis relaciones sexuales como activo fueron siempre bastante desastrosas, y ese yo niño no evolucionó. A veces, cuando tenía alguna cita o pensaba que podía haber sexo con una chica sentía mucha ansiedad, y pensaba que todo sería más fácil si la chica me dijera que esa noche no habría sexo, quizá besos pero nada de penetración. Cuando tenía una cita y era evidente que no habría sexo me sentía mucho más tranquilo y relajado, en cambio, cuando sí había la opción me entraban muchas dudas. En cierto modo prefería las citas o encuentros en que no había opción de nada más que charlar y como mucho besarnos. Por eso cuando encontré la Jaula de Castidad, lo vi como una solución a ese problema. Pensar que debía llevar ese elemento restrictor me hacía sentir tranquilo, en paz, alejaba la ansiedad que me producía el contacto sexual como activo.
Cuando encontramos la manera con mi pareja de llevar esa jaula lo sentí como una bendición. A pesar de haber pasado mucho tiempo des de esos momentos en que no daba la talla, internamente continuo teniendo ese niño herido y miedoso. Llevar la Jaula me hacía sentir que no tenía que preocuparme para afrontar una situación sexual como activo y eso me tranquilizaba mucho.
Otro elemento muy importante era la de conseguir la aceptación de la otra persona. Para mi es muy importante sentir que las otras personas me reconozcan o me den mensajes positivos. Es decir, mi yo niño necesita una figura que me proporcione seguridad, una figura la cual me demuestre confianza, una figura que me diga "buen chico" o "buena chica". Todo eso me reconforta, me tranquiliza, y me hace sentir bien. El hecho de llevar la Jaula hace que la manera de vivir la relación sea la de una figura débil frente a una figura que tiene control. Control acaba siendo seguridad, y seguridad es bienestar. Me incomoda mucho incomodar a las otras personas también, soy de una manera que el conflicto me tensa mucho, y me cuesta mucho decir lo que pienso si se que va a m*****ar a otra persona. Sobretodo si no tengo suficiente confianza con la otra persona. Eso hace que en general intente caer bien, y que tengan una imagen positiva de mi. Me siento mucho más cómodo haciendo esto que decir del todo lo que pienso y crear una situación de tensión e incomodidad.
Por estos motivos establecer una relación de sumisión con mi pareja mediante una Jaula me parecía algo hecho a medida. Hay que tener en cuenta que la jaula limita el ego masculino. Muchos varones centran su yo, y su ego, en el pene. Para ellos tener un pene grande, funcional, y potente es sinónimo de satisfacción, de orgullo y de virilidad. Todo eso refuerza su autoestima y su confianza. Llevar jaula elimina este ego masculino y produce muchos cambios de auto percepción. La jaula convierte el varón en un hombre impotente y por tanto su funcionamiento interno cambia. Se convierte en más dócil, más atento, menos impulsivo, más reflexivo, más servicial. Entiende que su satisfacción y bienestar consigo mismo no está en complacer de manera caprichosa las necesidades de su pene (cosa que hacen muchos varones), y empiezan a sentir satisfacción complaciendo a su pareja. Esto genera una dinámica super positiva porqué empiezan a necesitar complacer y obedecer, y su pareja ve en ellos una buena herramienta para hacer su vida más fácil. Este juego tiene connotaciones sexuales pero al final, el resultado no tiene que ser sexual. La pareja puede aprovechar esa disposición del sumiso para beneficiarse en muchos aspectos de la vida cotidiana. Por ejemplo durante mi captiverio me dediqué a cumplir una serie de tareas las cuales sentía mucha satisfacción al realizarlas. Por ejemplo me dedicaba siempre a limpiar los platos, en cocinar, en preparar la mesa para comer y despararla, en limpiar la ropa, tenderla, recogerla, plegarla y guardarla dónde tenía que estar, en ir a comprar, en tener la casa siempre a punto. Me gustaba verme como un amo de casa, dedicarme a tener la casa perfecta para ella. Cualquier cosa que la liberase tiempo y que disponiera de tiempo libre me hacía sentir bien. Quería que ella tuviese tiempo libre para hacer sus actividades deportivas y de ocio sin tener que pensar en cosas cotidianas. Me producía mucha satisfacción saber que gracias a mi ella podía quedar para tomar algo con sus amigas, o con algún amigo de trabajo.
Esta predisposición que fue creciendo con el tiempo también hizo que me gustara satisfacer sus caprichos. Por ejemplo, un día que llegamos tarde por la noche a las 4h, me dijo que le apetecía comer algo en casa pero que no teníamos nada. Sin que me lo pidiera le propuse que cuando llegaramos iría a buscar algun supermercado abierto 24 horas y que compraría lo que ella quisiera. Al llegar anduve 20 minutos hasta el supermercado y volvi a casa para prepararle lo que quería. Me encantó poder hacerlo y supongo que a ella también.
Esta dinámica produce este tipo de relación, y ayuda a la parte sumisa a entender que no tiene del todo la capacidad de decidir por si mismo. A pesar de ser muy complaciente como he dicho antes, había momentos en que ella decidía cosas por mi. Por ejemplo si salíamos a cenar con unos amigos, y las chicas querían ir a una discoteca, ella decidía si me podía quedar o me tenía que ir. Evidentemente no lo decía abiertamente sino que me lo decía solo a mi, y entonces era cosa mía hacer eso. Hubo ocasiones en que me quería ir pero no pude, y al revés. Pero al fin y al cabo se trataba de que la decisión la tomara ella.
Para las mujeres es realmente un placer poder tener a su pareja en este estado de sumisión. Esto no quiere decir que el sumiso tenga que ser dependiente, él tiene que ser independiente y proactivo, y facilitar la vida a su pareja. Eso ayuda mucha a las mujeres porqué poco a poco se van empoderando. Para las mujeres que no estén acostumbradas a tener ese rol es una muy buena práctica para que la puedan desarrollar y sentirse realizadas. Supongo que las mujeres que ya son dominantes de por si esta práctica les puede parecer genial porqué pueden potenciar todavía más ese poder.
Aparte de todo lo que he explicado en relación a la pareja el uso de la Jaula también condicionó la manera en que me veía a mi mismo sexualmente. Evidentemente me sentía muy poco viril como si no tuviera pene, pero en realidad sin la Jaula ya me sentía un poco así, pero llevarla lo potenció.
Como ya fantaseaba con la idea de convertirme en Sissy, el hecho de llevarla lo potenció mucho. Me sentía mucho más cerca de ese rol y me veía más identificado. Eso hizo que comprará más ropa de chica, faldas, tops, zapatos, collares, accesorios, y sobretodo ropa interior. Algunos días en que me encontraba sola en casa me vestía de chica, empezaba a jugar con la ropa y me hacía un conjunto Sissy. Me sentía avergonzada por eso pero al mismo tiempo me daba mucho morbo por hacer esos pequeños pasos. Como un ejercicio de consolidación me hacía fotografías vestida de Sissy para recordar que ya había pasado esa línea.
Otra de las cosas que también me motivó mucho al llevar la Jaula fue la de masturbarme penetrandome analmente. Como no tenía posibilidad de estimular mi pene como un chico cualquiera, pero necesitaba conectar con esa parte sexual instintiva, empecé a usar mucho más mis dildos. Cada dos días me lavaba bien, y me penetraba durante un rato, imaginando que era una buena práctica para alguien como yo con el pene enjaulado.
Por tanto, depende de cada persona la jaula de castidad puede ser un gran transformador hacia una dirección u otra. Pero para mi lo más importante ha sido la relación de pareja que se establece al llevarla. Es lo más gratificante y lo mejor. Después el resto de cosas que puede potenciar también son muy buenas, pero supongo que depende de cada persona será una cosa u otra. Como he dicho, en mi caso aparte de asumir un rol más servicial, dócil y agradable con otras personas, también me ayudó a asumir hábitos y prácticas más propias de las Sissys.
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