Mi Suegro I parte

Hola, soy Tamy, el relato de hoy nos traslada a cuando yo era muy joven, en aquel entonces mi actual marido Dani, estaba en el servicio militar, cada quince días venía de permiso, y yo esperaba ansiosamente que llegara el fin de semana para verlo y pasar el máximo tiempo posible con él. Al llegar el domingo, comíamos en su casa con su familia y luego a la tarde su padre Jose y yo, lo acompañábamos en coche hasta el autocar que lo devolvía al cuartel, era la media hora más triste de los dos días que estaba con él.

Su padre, el protagonista de esta historia era un hombre grandote, rudo y con un carácter algo duro y dominante, desprendía siempre el mismo olor de colonia, de recién afeitado, este cúmulo de elementos conseguían que me sintiera extraña a su lado, entre atracción y respeto.
En el viaje de vuelta, siempre intentaba consolarme y mantener una conversación que si al principio era inocente, con el transcurso del tiempo fue volviéndose más personal intentando indagar en lo más íntimo de nuestra relación.
La confianza entre mi suegro y yo fue progresando de tal forma que fue introduciendo pequeñas frases o chistes picantes que relajaban nuestra comunicación y ya en el tercer viaje se atrevió incluso a darme consejos sexuales, el primero fue explicarme cuando podía practicar el sexo sin miedo a quedar embarazada y todo lo que me comentaba era según él, para nuestro bien. No puedo describir exactamente que sentía por él y os puedo asegurar que estaba muy enamorada de mi marido, pero por mi cabeza imaginaba como debía ser hacer sexo con ese hombre tan grande y de reojo sin que se percibiera observaba como entre sus piernas se apreciaba un bulto enorme que me inquietaba muchísimo. Eran treinta minutos de viaje extraños, pero agradables que conseguían estimular mi interior sin ningún contacto carnal y al llegar, le daba un beso en la mejilla y entraba en mi casa buscando un lugar íntimo para acariciar mi sexo y comprobar lo húmedo que estaba.

Ya llevábamos dos meses acompañando a mi novio hasta el autocar, en casa de Dani mi suegro se comportaba como un padre y esposo normal más bien severo, pero en el coche cambiaba completamente, era una persona mucho más cercana. Llego el domingo clave, dejamos a Dani en el autocar y me coloqué en el asiento delantero, llevaba minifalda como casi siempre, pero esta vez no conversaba y me extraño muchísimo, a los pocos minutos puso su mano sobre mi muslo, acariciándolo suavemente, yo instintivamente abrí mis piernas y sin mediar palabra, mientras conducía, acerco sus gruesos dedos por encima de mis braguitas que empezaron a humedecerse rápidamente, la posición era incómoda para él, pero yo estaba excitádisima, llegando a pocos quilómetros de mi casa estaciono el coche detrás de un almacén, mientras yo me colocaba de tal forma para que pudiera ver mi sexo y continuar con su masaje que se convertiría en una penetración con sus ásperos dedos sin ni siquiera sacarme las braguitas, fue tan inesperado que consiguió arrancarme un orgasmo que me dejo extenuada en el asiento, él arranco el coche continuando hacia mi casa , yo estaba agotada y hundida en el asiento, mis braguitas totalmente mojadas se volvían transparentes y delataban mis labios inferiores totalmente dilatados segregaban un flujo que era absorbido por la tapiceria del asiento creando una mancha que crecia a medida que pasaban los minutos. Llegamos a mi casa y repetimos la rutina de los domingos, besito en la mejilla y como si no hubiera ocurrido nada nos despedimos.
Pasaron las dos semanas, yo no sentía ningún remordimiento por lo ocurrido, todo lo contrario, quería a mi novio, pero me masturbaba pensando con lo ocurrido con mi suegro, el fin de semana transcurría normal hasta llegar el momento donde volvíamos a estar juntos en el coche, pero esta vez seria yo la que empezaría el juego, mientras el conducía mi mano se posó entre sus piernas, tenía una gran curiosidad en saber que escondía ese enorme bulto entre sus piernas, el conducía y yo con una habilidad innata deslizaba mi pequeña mano por el interior de sus vestimentas hasta notar el calor de su carne en mi mano, su sexo aunque aún estaba flácido era de unas medidas poco usuales a lo que yo había conocido hasta el momento, introduje mi mano dentro del pantalon y con dificultad saque su enorme pene , era imposible apresarlo con una mano, pero necesitaba tocarlo y besarlo, me acomode entre sus piernas mientras el seguia conduciendo, yo intentaba introducir su enorme glande en mi boca, pero era casi imposible inquibirlo dentro de mí por lo que opte cogerlo con mis dos manos mientras mi lengua lo degustaba como si fuera un helado gigante, su liquido preseminal era casi mas voluminoso que una corrida de mi novio y dejaba mi rostro pegajoso y con olor a el, su mano libre se ocupaba de acompañar mi cabeza ayudando a dilatar mi boca con pequeños empujones y a medida que crecia su excitacion era mas brusco con sus movimientos hasta que logro introducir todo su glande dentro de ella , en este instante empezo a lanzar unos gemidos que se convirtieron en unos rugidos que casi me daban miedo, de repente note como frenaba y esa acción hizo que me llegara a la garganta casi ahogándome, al mismo tiempo note una explosion caliente dentro de mí, su sexo estaba escupiendo semen a borbotones y era imposible tragar esa cantidad, tuve que esquivar sus manos para levantar la cabeza y coger aire, pero cuando lo hice, advertí que ya estábamos delante de mi casa, habíamos llegado y él no me había avisado, se estaba corriendo en mi boca aparcado delante de la puerta con el peligro de que nos viera mis padres o algún vecino, rapidamente sali del coche,deprisa,nerviosa y desarreglada , con restos de semen en la cara y en la blusa mientras en aún estaba sentado en el coche recuperándose del orgasmo. Me dirigí al lavabo y mirándome al espejo , volví acariciar mi sexo al tiempo que con la otra mano recogía los restos de esperma que tenía en mi rostro saboreándolos como el más exquisito manjar hasta perder el equilibrio desmayándome de placer en el suelo del baño.
Así continuo nuestra relación hasta que Dany se licenció, cada quince días mi suegro disfrutaba de un magnífico sexo oral y consiguió que el semen fuera mi gran fetiche hasta los días de hoy, nunca me penetro, aunque si conseguía acariciar todos los rincones de mi cuerpo con sus ásperas manos y al terminar el servicio militar mi novio, también finalizaron nuestros encuentros sexuales.
Zveřejnil(a) TamyW
před 3 roky/let
Komentáře
13
Please or to post comments
Es morboso con el suegro 😜
Odpovědět
poll69bi
disfruto tu suegro de un tesoro sigue disfrutandote
Odpovědět
Muy caliente
Odpovědět
Excelente y muy caliente el relato...
Odpovědět
chicoam
Delicioso relato, afortunado tú suegro
Odpovědět
Boiren
do TamyW : Gracias a ti preciosa
Odpovědět Zobrazit původní komentář Skrýt
TamyW
do Boiren : Gracias!! Besitos!!
Odpovědět Zobrazit původní komentář Skrýt
Boiren
Impresionante relato enhorabuena ummmQue morbazo ???
Odpovědět
do TamyW : ??
Odpovědět Zobrazit původní komentář Skrýt
TamyW
do ppanadero : Ummm, no esta nada mal!!
Odpovědět Zobrazit původní komentář Skrýt
TamyW
do Chofersalido : Ummm, igual lo ha hecho...jeje...
Odpovědět Zobrazit původní komentář Skrýt
Y tu marido Dani no ha heredado ese atributo de su padre ?
Odpovědět
Fantástica historia sexual con tu suegro,lo suyo hubiera sido que te hubiera follado también, pero bueno lo mismo todavía te lo follas jeje
Odpovědět