En la cama de un hombre casado

Son los mas apasionados. Esa es la verdad.
Me recogio en mi casa, el viernes por la tarde. Su mujer creia que estaba en un viaje de empresa, pero paso el fin de semana conmigo, en un hotel. La suite era de lujo, con piscina interior privada y un jacuzzi. Una cama redonda, grande y comoda. El viaje hasta alli estuvo salpicado de paradas donde me besaba con pasion y sus manos se perdian en el interior de mi vestido. Me deseaba desesperadamente, pero le hice esperar hasta cruzar la puerta de la habitacion.
Llegamos alli, y mi vestido tardo menos de un minuto en caer al suelo. Lamio todo mi cuerpo. Me susurro obscenos piropos. Sus ansiosas manos apretaban y acariciaban mi piel. Estaba como poseido. Loco de lujuria. No me importa admitir que disfrute cada segundo.
Cayeron al suelo sus pantalones, y mientras se deshacia del resto de su ropa le obsequie con una lenta y placentera mamada.
Fueron dos dias de sexo caliente, lento, humedo y a veces frenetico. Dos dias de tener a un hombre a mi entera disposicion. Dos dias de sentirme deseada, su diosa personal.
Se corrio en mi culito innumerables veces, asi como en mi boca o encima mio. Lo hicimos, en la cama, en la piscina, en la ducha, en una mesa, en el suelo. Nunca se cansaba. Un toque de mis labios en su magnifica polla y estaba listo de nuevo.
No dejo que llevara puesto nada mas que mi lenceria ni un segundo.
Nos despedimos en su coche, frente a mi casa, con una ultima mamada que lleno mi boca de su dulce, espeso y caliente semen.
Han sido dos dias maravillosos. Espero impaciente su proximo "viaje de negocios".