Dos amigas cercanas

Empuje a Jesica contra el muro y contemple la risa que emanaba de sus labios, devoré con rapidez sus gestos y saboree cada rincón de su boca, y me llene del el tacto caliente y húmedo de su lengua que abrasada a la mía incitaba a la locura, te amo, te amo, suspiraba ella cuando nuestros labios se separaban y ella dejaba que su aliento rosara mis poros,
Sentí sus manos rosando mis caderas desnudas y sus dedos bordeando mis pechos tocándome como ningún hombre me toco jamás.
la sentí devorando mi piel con cada respiración mientras la gravedad de su piel me empujaba mas y mas a su encuentro, sorbí de sus labios cada rastro de mi y note sus manos bajando por mi estomago abriéndose paso entre la tela y la piel, perdiéndose bajo mi ecuador,
Suspire
Jesica gemí cuando sus dedos separaron mi piel cuando surcaron el borde de mi intimidad, que murmuro ella a mi oído, y entonces se perdió toda liana frente a mi, solo existía ella y eso bastaba, no había necesidad del mundo, solo nosotras en esa habitación era todo el universo que necesitaba que hacia falta para mi,
me deje llevar por la silueta de sus muslos mientras me guiaba, su figura era un faro, sentí el abraso del colchón que beso mi espalda y sus labios que me besaron primero el cuello luego el pecho después el estomago y se prendieron un segundo de mi ombligo bajaron después por mi vientre y ese primer rose me empujo de nuevo dentro de mi, sentí cada milímetro donde nuestros cuerpos se encontraban y separaban su barbilla rosando mis muslos y el ansioso fugas roce de su legua, sus manos empujando mis piernas abriéndome para ella,

Sus labios subieron nuevamente besando mi vientre y luego mi pecho saltándose mi estomago, ella llego hasta mi cuello perdiéndose en mis labios sus pechos rosaron los míos y sus muslos se unieron a los míos, nuestros sexos ávidos se encontraron y por fin pude ver esa expresión en sus ojos cafés, Jessica, murmure, pero las palabras eran inútiles estaba perdida en ella.