¿Ella?

Siempre me gustaron las chicas. Siempre. Pero esta no es otra historia de lesbianas.
Sábado a la noche a los 19 años es salida obligatoria. Corría Febrero.
La previa se hizo en la casa de un amigo. Siempre ibamos al boliche en barra. Y no siempre volvíamos juntos. Esa noche hacía mucho calor, por lo que los tragos y la cerveza corrieron casi como agua bajo un puente. Casi.
Para la hora de la entrada al boliche, estábamos un poco más que entonados.
Adentro, el infierno. Humo (antes se podía fumar en los boliches), calor, sudor y poca ropa. Por cierto, siempre ibamos al mismo lugar, un conocido boliche gay de mi ciudad.
Derecho a la barra, no sin ir mirando alrededor.
Simplifico: mucho alcohol, mucho calor, mucho roce. A mi lado, estaciona una rubia con las piernas más largas que había visto jamás. Lindas tetas. Operadas, se notaba, pero ese top le quedaba increíble. Nos sonreímos. No había mucho para decir. A los 5 minutos ya estábamos chupandonos las lenguas.
"Vamos", me dijo, muy firme.
Hermosos rasgos. Nariz operada, se notaba. Y algún retoquecito. Pero el alcohol y la calentura omitían todo tipo de detalles.
Llegamos a su departamento y de pronto ya no se supo donde terminaba un cuerpo y empezaba el otro. Ella era muy dominante. Y yo me dejé dominar. ¡Cómo besaba la rubia! Deseaba con toda mi alma que esa lengua llegara a mi sexo, que ya estaba empapado y caliente.
Me chupaba las tetas. Me tocaba. Me quería comer. Y yo no daba más. Le levanté el top y como una vampiresa hambrienta succioné sus pezones. Ella gemía de un modo que me enloqueció aún más. Ella se incorporó, quedando de rodillas. Yo tendida de espaldas. Me apresuré en desvestirme. Ella se terminó de quitar el top y la mini. Una cola perfecta. Un lomazo. Unas piernas. Las piernas más largas que había visto jamás. Se dejó la bombacha. Hermosa, de encaje roja.
"Sacate", llegué a decirle al tiempo que mis manos buscaban hacer el trabajo por ella.
Ella quedó con su cadera a la altura de mi cara. Y sucedió.
Delante mío, un pene en pleno transe de quedar completamente erecto.
Me asusté. Me confundí. La miré y en mi cabeza no se generaba ninguna reacción más que mirarla. Bella, con sonrisa de costado. Nunca antes había visto un pene de tan cerca y de manera tan íntima. No sabía qué hacer.
Ella tenía pene.
Que frente a mi cara, estaba buscando ponerse más y más duro.
"Chupá", me dijo, nuevamente con voz firme y dominante. Cerré mis ojos y acerqué mi boca.
Y lo sentí en mi lengua. Y de ahí en más no pude contenerme. (Continuará)
Published by Veronik30
6 years ago
Comments
2
Please or to post comments
llover
llover 4 years ago
Bien hoooot! Necesito la continuacion ?
Reply
HotFinix
HotFinix 6 years ago
:open_mouth: Ohh ohh
Reply