Mi ultima aventura

No podía imaginar que aquella conversación de chat iba a terminar en una sesión de sexo caliente y húmedo...Aquella tarde la visité por primera vez, era delgada, de piernas largas, y pechos pequeños, sus manos eran bonitas y sus pies eran bien formados, lo que despertó mi imaginación de forma instantánea.
Charlábamos y el café aun estaba caliente, cuando se me abalanzo y me besó en la boca, sus manos y mis manos comenzaron a moverse y a acariciar los cuerpos, recorriendo todos los rincones. Mi pene comenzó a endurecerse y a elevarse entre mis pantalones, produciéndome una sensación de incomodidad y de poder al mismo tiempo. Comencé a desnudarla y yo a desabrocharme los pantalones. Rápidamente, ella metió su mano entre mis calzoncillos, cogiendo fuertemente mi descomunal miembro que latía como si el corazón se me hubiera desplazado hasta la punta de mi polla. Mis dedos se metieron entre sus piernas, notando de inmediato su húmeda vagina, era grande y sus labios envolvían mis dedos. Se estremeció de gusto al sentir que mis dedos penetraban en su cálida cueva.
Sin darnos cuenta, los dos nos encontramos desnudos, uno frente al otro, ella con mi polla en su boca, y yo con mi lengua acariciando su enorme clítoris, y lamiendo su oscura vagina caliente y mojada. Sus sacudidas y su lengua hacían que mi pene cada vez se pusiera más resbaladizo entre su boca, sus movimientos eran suaves pero firmes, como si supiera lo que hacía. Ella acariciaba mis testículos despacio, y yo metía mis dedos en su culo y su vagina. Era estupenda la sensación. Al cabo de un rato, mi semen salió disparado, llenando su boca de líquido blanco y pegajoso, ella se estremeció de placer mientras saboreaba la dulce leche que llenaba su cara.