De perrito

Lo habíamos adoptado con mi ex, y al momento de separarnos no hubo dudas de con quien se quedaría. Yo lo sacaba a pasear, yo le compraba ropa y le daba su alimento. Cuando yo llegaba era pura fiesta: buscaba su pelota y jugabamos un largo rato. Y si bien había crecido mucho (mucho) y el departamento es pequeño, lo compensábamos con los paseos en la plaza. Bueno, quizás no tanto: parecía tener energía infinita. Más de una vez lo pesqué "jugando" con un almohadón. Lo abrazaba y quería a toda costa penetrarlo con su enorme pija, mientras ponía cara de "yo no fui". Pobrecito, lo único que quería era descargar todo ese vigor que tenía. Pero ¿dónde iba a conseguir una hembra de semejante tamaño? Si era un humano caminando en cuatro patas... Pero el tema era urgente. Tanto, que al bañarlo se le paraba la pija y me besaba la cara.
Una tarde de verano estaba yo recordando en el sillón algunos momentos con mi ex, no se si soy clara. Me empecé a sentir un poco acalorada, y me invadió la necesidad de tocarme. Me fui mojando poco a poco, y me quité la ropa. Él estaba con su pelota. Me empecé a lamer los pezones y a acariciar suavemente mi clítoris. Ya estaba completamente mojada. Segui acariciándome, y de repente... Una enorme lengua me lamió fuerte una y otra vez. Me sentí explotar, y no pude gritar su nombre para frenarlo. Me lamía de una manera tan bestial que se me entumeció el cuerpo. Apreté mis tetas con mis manos y me dejé llevar, y acabé de una manera brutal. Pero el no se detuvo, al contrario: se tomó todo lo que mi concha dejó explotar. Y siguió. Lo miré, pero él estaba muy entusiasmado. Tenía la pija afuera, brillante y dura. Y decidí devolverle el favor: me la metí entera en la boca. Él se puso inquieto y me cogía la garganta. Yo le acariciaba los huevos y con la pija en mi boca se la acariciaba con la lengua. Y sentí un torrente tibio llenandome la boca. Toda su leche ahora era mía. Tragué sin dejar de chuparsela. La seguía teniendo dura. Yo mientras tanto me seguia tocando. Me puse en cuatro. Obviamente el supo para qué. Me abrazó como al almohadoncito, y después de varios intentos, sentí su pija metiendose en mi concha. Y se movió como la pose lo indica: bien de perrito. Y acabé al sentir nuevamente su leche regandome por dentro.
Published by Veronik30
3 months ago
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