En la oficina con Vero
La empresa es grande y con varias divisiones. Había ido a la cocina de la empresa a prepararme un café con leche. Es un cuarto pequeño que está al fondo de un comedor más amplio. Tiene un microondas, un frigorífico, una cafetera tipo nespresso y otra de americano y un fregadero. ME quedé allí tomándolo. Oí que al comedor entraba un grupo de chicas. Empezaron a hablar cotiilleos. Entre otras cosas hablaron de depilación. Una de ellas dijo que ayer se había hecho una depilación lasser y que se había dejado su coño como el de un bebé. Otra dijo que ella, cuando se lo hizo para el verano, se dejó una tirita de pelo y que a su novio le encantó. Yo me quedé sin moverme e intentado no hacer ruido, no sólo por seguir escuchando la conversación, si no que también me daba vergüenza y "miedo" salir de la cocina y que pensaran mal de mí. Además estaba empalmado y se me notaba.
ME estaba colocando la polla cuando entró una de ellas en la cocina. Me quedé totalmente quieto. No sabía qué hacer ni dónde meterme. Era Vero, la conocía porque tuve alguna reunión con su división. Es una chica morena y delgada, guapa y con una elegancia que siempre me dejaba asombrado. Es de carácter duro y exigente, pero a mí me había fascinado. Yo la había apodado Flacucha, y ese nombre sólo yo lo sabía. Al entrar se quedó parada e hizo un ruido. Una de las chicas preguntó que si pasaba algo. Vero respondió que no. Me miró. Se acercó a mí y al oído me dijo en bajo……. “No sabía que eres un cotilla y que te gusta escuchar conversaciones ajenas. Y más si es de lo que hablábamos. Qué mala suerte que no fuera más picante la conversación”. Miro hacia abajo. Vio el bulto de mi polla en los pantalones y me dijo “Colócatela que te vas a hacer daño…. ¿O prefieres que yo lo haga?” Yo seguía mudo y rojo de vergüenza. Cuando iba a salir se giró y me dijo “Nos vamos a ir de nuevo a trabajar.” Cuando iba a decir algo me puso un dedo en mi boca y dijo “En un rato sales….. Ah, y más tarde tenemos que hablar seriamente, cotilla pervertido”.
AL poco de salir Vero todas las chicas se fueron. Al poco salí yo sin saber que hacer ni donde meterme. Cuando iba a mi mesa me crucé con ella. Me saludó fríamente y un escalofrío recorrió mi espalda. Al terminar el trabajo todo el mundo se fue rápido. Yo me retrasé un poco y me acerqué a verla. Parece ser que sólo quedábamos los dos, lo que era un alivio para mí pero seguía acojonado.
Fui a su encuentro en su despacho. Me dijo que entrara y cerrara después.
- Parece que eres un cotilla pervertido… Y yo que te consideraba un caballero
- Perdona, pero es que no supe que hacer. Cuando me di cuenta de la conversación quise salir, pero entre la vergüenza que podríamos todos sentir, y que me gustaba lo que decíais me quedé quito allí y en silencio.
- No sé si tendré que dar parte de ti, Juanjo … Dijo mientras se acercaba a mí.
- Espero que no lo hagas. No pasó ni hice nada.
- ¿Cómo te gustó la conversación....? Dime ¿Quién crees que se depiló y se dejó el coño bien suave?
- Creo que tú, creí reconocer tu voz. Y la de la tira de pelos creo que Marta.
- Te excitó la conversación……. ¿Nos imaginabas?
- A ti si te imaginé.
- ¿Vas a acariciarte en casa pensando en mí? Dímelo.
- Joder Vero, no me preguntes eso………….
Resoplé, tomé fuerzas
- Sí, me voy a masturbar en casa pensando en ti.
A mí respuesta Vero se mordió el labio inferior y sonrío.
- Me gusta que lo vayas a hacer. ¿TE has masturbado antes otras veces pensando en mí?
- Eres muy directa, Vero. Joder, tienes unas preguntas
- Contéstame, Juanjo. No es tan difícil la respuesta
- Sí lo es, Vero. Es mi intimidad
- ¡Ah! Y para ti enterarte de cosas de mi intimidad a escondidas ¿Qué es? ¿Algo divertido?
- Vale…….. Sí lo he hecho. Es más eres mi musa de las pajas. Leo relatos eróticos y pienso que tu eres la protagonista femenina de la historia y yo soy el chico. Incluso he escrito relatos y los he publicado.
- ¿Qué has publicado relatos porno sobre mí? ¿Con mi nombre?
- Son eróticos, aunque también un poco porno, jajaj. Pero nunca he usado tu nombre. Tu personaje es un alter ego de ti. Mi protagonista es morena, flacucha, guapa, culta, inteligente, elegante…… Como eres y como te veo, pero con otro nombre. Pero yo sí uso mi nombre.
- Luego me dirás donde los tienes publicados para leerlos.
- ¡Juanjo, sácate la polla! Quiero verla
- ¡Vero, qué dices! ¡Estamos en la oficina!
- Sí, pero no hay nadie más que tú y yo. Antes de que vinieras a mi despacho me cercioré bien de que no hay nadie y cerré la puerta de la planta. Si quieren entrar que llamen. Y en los despachos no hay cámaras, sólo en los pasillos. Venga sácatela, quiero ver lo que te abultaba en el pantalón antes.
- Vero……. ¡Qué me muero de vergüenza!
- Sip, sácatela. – Y mientras lo decía se abría dos botones de su blusa.- Si lo prefirieres me arranco los botones y salgo gritando al pasillo. Entonces sí que tendrías un problema. - Y me sonrío pícaramente.
Me abrí los pantalones y saqué la polla por la bragueta.
- No, bájate los pantalones y los calzoncillos. Quiero verla bien. – Dijo Vero.
Me los bajé y le enseñé la polla. La tenía morcillona. Vero se acercó me la tocó. Mi polla reaccionó…..
- Creo que estás divorciado. ¿Has follado mucho desde entonces?
- ¿Quieres la verdad?
- Sip.
- Nada y desde unos años antes tampoco.
- ¿No has follado nada y sólo te has hecho pajas, y además, pensando en mí?
- Sí. Mi vida es así de aburrida. Siempre he sido un torpe con las chicas.
- ¿Y tú? ¿Quieres ver como tengo el coño?
- Sí, me encantaría. –Dije moviendo la cabeza mientras mi polla cogía vida.
Vero se quitó los zapatos. Se bajó los vaqueros. Se quitó el tanga y se sentó en la mesa abriendo sus piernas un poco.
- ¿Te gusta lo que ves?
- Dios, estoy alucinado. No sé si es verdad o un sueño.
- Acércate.
Me quite los pantalones y me acerqué a ella. No sé de donde cogí fuerzas pero tomé su cabeza con mis manos. Acerqué mi boca a la suya y la besé. Sentí un calambrazo recorrer mi cuerpo. Suspiré. Abrí los ojos. Vero me miraba. Volví a besarla. Un beso largo jugando nuestras lenguas. Mis manos empezaron a recorrer su cuerpo. Fui desabrochando todos los botones de su blusa sin dejar de besarla. Ella se quitó el sujetador. Acaricié sus pechos. Amasé sus tetas. Besé su cuello. Lamí los lóbulos de sus orejas. Vero se estremecía y sentía su piel ponerse de gallina.
Cogí con mis labios sus pezones. Unos pezones duros y muy sensibles mientras que mis manos los acariciaban. Juegué con ellos. Los lamí y succioné. Bajé por su vientre lamiéndolo, besándolo. Llegué a su coño. Lo tenía muy suave. Estaba mojada, húmeda de la excitación que ella también tenía. Llevé mi boca a su clítoris. Lo besé y empecé a lamer todo su coño. Su sabor era mejor que el néctar más dulce. Vero me acariciaba la cabeza mientras la lamía, succionaba, saboreaba sus jugos. Mis dedos empezaron a acariciar su coño a la vez que seguía lamiéndola. LA metí un dedo. Ella gimió. Luego fueron dos y tres dedos. Los giré para tocar su punto G mientas seguía chupando y con el dedo gordo acariciaba su coño. Vero empezó a gemir más fuerte hasta que se corrió en mi boca. Los orgasmos se iban sucediendo. ME incorporé y de un golpe le metí la polla hasta los huevos y la follaba con fuerza y rapidez. Se tumbó en su mesa. La cogí de las caderas y seguí follándola con fuerza. Con sus piernas me abrazaba y me hacía que no dejara de follarla. Sus tetas se bamboleaban con mis embestidas. Ella se tocaba las tetas y se pellizcaba los pezones y me pedía que la siguiera follando fuerte…
- Sigue Juanjo. Fóllame fuerte, ahahahahah
Yo seguía follándola y ella enlazaba un orgasmo con otro. En su despacho sólo se oían sus gemidos y mis golpes con la polla en su coño. Yo estaba a punto de correrme….. Me salí de su coño y me corrí berreando encima de su coño. Mi semen llego hasta su vientre. Mi corrida fue mucho más abundante que cuando me pajeaba.
Su despacho olía a sexo. A mucho sexo y mucho placer. ME acerqué y la besé. Con varios clínex la limpié y me limpié. Nos vestimos. LA cogí por la cintura y volví a besarla. Entonces Vero me dijo
- ¿Ha sido mucho mejor que tus pajas, supongo? ¿Te lo imaginabas así?
- Vero, nunca pude imaginarme esto ni todo lo que he sentido. Eres una diosa, ya lo eras antes para mí, y ahora lo he comprobado.
- Que sepas, Juanjo, que esto sólo ha sido nuestro primer polvo…… Pero que no se sepa en el trabajo lo nuestro. Si yo quiero decirlo es cuando lo haremos.
Colocamos bien las cosas de su mesa. Ventilamos su despacho. Ella salió primero uy unos 10 minutos después yo. Vero me esperaba en un bar a dos manzanas de la oficina.
ME estaba colocando la polla cuando entró una de ellas en la cocina. Me quedé totalmente quieto. No sabía qué hacer ni dónde meterme. Era Vero, la conocía porque tuve alguna reunión con su división. Es una chica morena y delgada, guapa y con una elegancia que siempre me dejaba asombrado. Es de carácter duro y exigente, pero a mí me había fascinado. Yo la había apodado Flacucha, y ese nombre sólo yo lo sabía. Al entrar se quedó parada e hizo un ruido. Una de las chicas preguntó que si pasaba algo. Vero respondió que no. Me miró. Se acercó a mí y al oído me dijo en bajo……. “No sabía que eres un cotilla y que te gusta escuchar conversaciones ajenas. Y más si es de lo que hablábamos. Qué mala suerte que no fuera más picante la conversación”. Miro hacia abajo. Vio el bulto de mi polla en los pantalones y me dijo “Colócatela que te vas a hacer daño…. ¿O prefieres que yo lo haga?” Yo seguía mudo y rojo de vergüenza. Cuando iba a salir se giró y me dijo “Nos vamos a ir de nuevo a trabajar.” Cuando iba a decir algo me puso un dedo en mi boca y dijo “En un rato sales….. Ah, y más tarde tenemos que hablar seriamente, cotilla pervertido”.
AL poco de salir Vero todas las chicas se fueron. Al poco salí yo sin saber que hacer ni donde meterme. Cuando iba a mi mesa me crucé con ella. Me saludó fríamente y un escalofrío recorrió mi espalda. Al terminar el trabajo todo el mundo se fue rápido. Yo me retrasé un poco y me acerqué a verla. Parece ser que sólo quedábamos los dos, lo que era un alivio para mí pero seguía acojonado.
Fui a su encuentro en su despacho. Me dijo que entrara y cerrara después.
- Parece que eres un cotilla pervertido… Y yo que te consideraba un caballero
- Perdona, pero es que no supe que hacer. Cuando me di cuenta de la conversación quise salir, pero entre la vergüenza que podríamos todos sentir, y que me gustaba lo que decíais me quedé quito allí y en silencio.
- No sé si tendré que dar parte de ti, Juanjo … Dijo mientras se acercaba a mí.
- Espero que no lo hagas. No pasó ni hice nada.
- ¿Cómo te gustó la conversación....? Dime ¿Quién crees que se depiló y se dejó el coño bien suave?
- Creo que tú, creí reconocer tu voz. Y la de la tira de pelos creo que Marta.
- Te excitó la conversación……. ¿Nos imaginabas?
- A ti si te imaginé.
- ¿Vas a acariciarte en casa pensando en mí? Dímelo.
- Joder Vero, no me preguntes eso………….
Resoplé, tomé fuerzas
- Sí, me voy a masturbar en casa pensando en ti.
A mí respuesta Vero se mordió el labio inferior y sonrío.
- Me gusta que lo vayas a hacer. ¿TE has masturbado antes otras veces pensando en mí?
- Eres muy directa, Vero. Joder, tienes unas preguntas
- Contéstame, Juanjo. No es tan difícil la respuesta
- Sí lo es, Vero. Es mi intimidad
- ¡Ah! Y para ti enterarte de cosas de mi intimidad a escondidas ¿Qué es? ¿Algo divertido?
- Vale…….. Sí lo he hecho. Es más eres mi musa de las pajas. Leo relatos eróticos y pienso que tu eres la protagonista femenina de la historia y yo soy el chico. Incluso he escrito relatos y los he publicado.
- ¿Qué has publicado relatos porno sobre mí? ¿Con mi nombre?
- Son eróticos, aunque también un poco porno, jajaj. Pero nunca he usado tu nombre. Tu personaje es un alter ego de ti. Mi protagonista es morena, flacucha, guapa, culta, inteligente, elegante…… Como eres y como te veo, pero con otro nombre. Pero yo sí uso mi nombre.
- Luego me dirás donde los tienes publicados para leerlos.
- ¡Juanjo, sácate la polla! Quiero verla
- ¡Vero, qué dices! ¡Estamos en la oficina!
- Sí, pero no hay nadie más que tú y yo. Antes de que vinieras a mi despacho me cercioré bien de que no hay nadie y cerré la puerta de la planta. Si quieren entrar que llamen. Y en los despachos no hay cámaras, sólo en los pasillos. Venga sácatela, quiero ver lo que te abultaba en el pantalón antes.
- Vero……. ¡Qué me muero de vergüenza!
- Sip, sácatela. – Y mientras lo decía se abría dos botones de su blusa.- Si lo prefirieres me arranco los botones y salgo gritando al pasillo. Entonces sí que tendrías un problema. - Y me sonrío pícaramente.
Me abrí los pantalones y saqué la polla por la bragueta.
- No, bájate los pantalones y los calzoncillos. Quiero verla bien. – Dijo Vero.
Me los bajé y le enseñé la polla. La tenía morcillona. Vero se acercó me la tocó. Mi polla reaccionó…..
- Creo que estás divorciado. ¿Has follado mucho desde entonces?
- ¿Quieres la verdad?
- Sip.
- Nada y desde unos años antes tampoco.
- ¿No has follado nada y sólo te has hecho pajas, y además, pensando en mí?
- Sí. Mi vida es así de aburrida. Siempre he sido un torpe con las chicas.
- ¿Y tú? ¿Quieres ver como tengo el coño?
- Sí, me encantaría. –Dije moviendo la cabeza mientras mi polla cogía vida.
Vero se quitó los zapatos. Se bajó los vaqueros. Se quitó el tanga y se sentó en la mesa abriendo sus piernas un poco.
- ¿Te gusta lo que ves?
- Dios, estoy alucinado. No sé si es verdad o un sueño.
- Acércate.
Me quite los pantalones y me acerqué a ella. No sé de donde cogí fuerzas pero tomé su cabeza con mis manos. Acerqué mi boca a la suya y la besé. Sentí un calambrazo recorrer mi cuerpo. Suspiré. Abrí los ojos. Vero me miraba. Volví a besarla. Un beso largo jugando nuestras lenguas. Mis manos empezaron a recorrer su cuerpo. Fui desabrochando todos los botones de su blusa sin dejar de besarla. Ella se quitó el sujetador. Acaricié sus pechos. Amasé sus tetas. Besé su cuello. Lamí los lóbulos de sus orejas. Vero se estremecía y sentía su piel ponerse de gallina.
Cogí con mis labios sus pezones. Unos pezones duros y muy sensibles mientras que mis manos los acariciaban. Juegué con ellos. Los lamí y succioné. Bajé por su vientre lamiéndolo, besándolo. Llegué a su coño. Lo tenía muy suave. Estaba mojada, húmeda de la excitación que ella también tenía. Llevé mi boca a su clítoris. Lo besé y empecé a lamer todo su coño. Su sabor era mejor que el néctar más dulce. Vero me acariciaba la cabeza mientras la lamía, succionaba, saboreaba sus jugos. Mis dedos empezaron a acariciar su coño a la vez que seguía lamiéndola. LA metí un dedo. Ella gimió. Luego fueron dos y tres dedos. Los giré para tocar su punto G mientas seguía chupando y con el dedo gordo acariciaba su coño. Vero empezó a gemir más fuerte hasta que se corrió en mi boca. Los orgasmos se iban sucediendo. ME incorporé y de un golpe le metí la polla hasta los huevos y la follaba con fuerza y rapidez. Se tumbó en su mesa. La cogí de las caderas y seguí follándola con fuerza. Con sus piernas me abrazaba y me hacía que no dejara de follarla. Sus tetas se bamboleaban con mis embestidas. Ella se tocaba las tetas y se pellizcaba los pezones y me pedía que la siguiera follando fuerte…
- Sigue Juanjo. Fóllame fuerte, ahahahahah
Yo seguía follándola y ella enlazaba un orgasmo con otro. En su despacho sólo se oían sus gemidos y mis golpes con la polla en su coño. Yo estaba a punto de correrme….. Me salí de su coño y me corrí berreando encima de su coño. Mi semen llego hasta su vientre. Mi corrida fue mucho más abundante que cuando me pajeaba.
Su despacho olía a sexo. A mucho sexo y mucho placer. ME acerqué y la besé. Con varios clínex la limpié y me limpié. Nos vestimos. LA cogí por la cintura y volví a besarla. Entonces Vero me dijo
- ¿Ha sido mucho mejor que tus pajas, supongo? ¿Te lo imaginabas así?
- Vero, nunca pude imaginarme esto ni todo lo que he sentido. Eres una diosa, ya lo eras antes para mí, y ahora lo he comprobado.
- Que sepas, Juanjo, que esto sólo ha sido nuestro primer polvo…… Pero que no se sepa en el trabajo lo nuestro. Si yo quiero decirlo es cuando lo haremos.
Colocamos bien las cosas de su mesa. Ventilamos su despacho. Ella salió primero uy unos 10 minutos después yo. Vero me esperaba en un bar a dos manzanas de la oficina.
3 months ago