El espía
Voy a ir al infierno. El hijo del vecino es una bolsa de hormonas caminando, y eso me llena de morbo. Y se que me espía cuando tomo sol. Yo lo entiendo, a los doce yo también era una bolsa de hormonas. Cuando me doy cuenta que me está espiando, me quito la parte de arriba de la bikini y dejo que vea mis pechos. Y me pongo el protector muy despacio, jugando con mis pezones y se que lo estoy volviendo loco. Se que me observa y su pene está duro como una piedra. Y yo me mojo, mucho. A veces insinúo acariciar mi vagina como de casualidad. E imagino que un día vendrá, que dejará de ser un espía con cualquier excusa. Voy a ir al infierno. ¿O el infierno no existe?
2 years ago