Atada...
...En silencio, tumbada sobre la cama con las manos atadas y los ojos tapados por un pañuelo de seda negro, un pacto entre mi amante y yo, dos cuerpos experimentando, buscando sensaciones cada vez más morbosas, gozando a tope y dejándose llevar por el deseo y la pasión.
Esa es la situación en la que me encuentro, completamente desnuda de cuerpo y prejuicios, las caricias de mi amante se hacen necesarias, pero no llegan, la espera se hace insoportable, me siento observada, pero mi voz se queda muda, no pregunto, no quiero estropear el momento. Mi mente empieza a cuestionarse cosas de las que no obtengo respuesta y la imaginación salta con su mágico resorte, imagino a mi amante contemplándome, quizás se masturba mientras me mira...le veo sentado en el sillón con su pene en la mano y repasando cada centímetro de mi cuerpo con la mirada, me empiezo a excitar con esa situación y abro mis piernas para ofrecerle una mejor visión de mi sexo más intimo.
Por fin una caricia hace acto de presencia los dedos de mi amante rozan uno de mis pies, la huella de esa caricia hace que mis sentidos se despierten, que aflore por fin las ganas de sentir más, mucho más, lo quiero todo y espero que mi amante me lo de.
La humedad de su lengua resbala por los dedos de mis pies, por mis piernas, y llegan a mis muslos haciendo que me estremezca, una sacudida, la primera de muchas se desliza por mi espalda y consigue que mi sexo se bañe, se moje, preparándose para la gloria que me espera
Tengo la cara de mi amante incrustada entre mis piernas lamiendo y ofreciéndome las caricias bucales más placenteras, su boca es una maravilla, nunca me había ofrecido semejante placer con su lengua, quizás es la situación, así atada y con los ojos tapados, mis sentidos están más despiertos y percibo su boca diferente a otras veces, más experta quizás, tocando con destreza y estimulando mi clítoris y mi vagina haciéndome saltar de mi lecho con cada roce de su lengua.
Aprieto mis piernas aprisionando su cabeza contra mi pubis rasurado, pero mis muslos son separados con fuerza, obligándome, imponiéndome su deseo de tenerme a su merced, no puedo más, estoy al borde del delirio y le aviso con gemidos y gritos viscerales que salen de mi garganta sin remedio alguno.
Una mano me silencia la boca, impide expresar mi gozo, intento desprenderme de ella para poder gritarle a la cara, me estás matando de placer, quiero correrme en tu boca ya, lo quiero ya no aguanto mas.
Al no poder hacerlo muerdo una y otra vez la mano que me tapa la boca, la desesperación se suma a mi disfrute y consiguen el estallido final que tanto anhelo, el orgasmo llega y sufro por no poder expresarlo, la sensación es extremadamente explosiva y después de la cima orgasmica, llega la plenitud y el sosiego, quedando vencida y agotada.
Estoy reposando mi cuerpo desplomado sobre mi lecho y mis gritos ahogados por la mano de mi amante que ahora se convierte en caricias sobre mi cara y cuello, mis hombros y pechos, caricias delicadas, distintas a las de siempre, esas dudas seguían centrándome en los recuerdos, no podía creer que esas manos fueran las mismas que tantas veces desataban mis estímulos, como describir el tacto, como exponer el contacto en pocas palabras, no sé como hacerlo, pero esas manos no eran las mismas de siempre.
Por fin el misterio se descubre, un pecho femenino se posa sobre mi boca, la sorpresa hace un hueco al morbo y entre los dos forman una ligadura muy sensual, mi lengua se desliza por ese pezón, tímidamente pero con curiosidad por ese objetivo nuevo para mí, y sin ningún escrúpulo chupo y disfruto del seno de mi amante desconocida, de nuevo suspiros y gemidos, pero está vez no son los míos, sentada sobre mí, percibo la humedad de su vagina sobre mi piel e intento hacer lo posible para devolverle el disfrute que ella me ha dado antes, ahora estoy segura que ha sido ella la que me ha hecho temblar de placer, que su lengua femenina, ha sido el regalo más preciado que podía darme en ese momento y quiero devolvérselo.
Nuestras lenguas se unen, jugando dentro y fuera de mi boca, nuestros cuerpos siempre en contacto. Tumbada sobre mí, mi clítoris se frota contra el suyo produciéndome mucha excitación, vuelvo a mojarme y ha disfrutar de mi sumisión...las caricias se reparten por todo mi cuerpo, pero ahora son varias manos las que tocan mis pechos y se introducen unos dedos en mi vagina, escucho sus gemidos femeninos y sin equivocarme, presiento que mi amante juega con ella, disfruta de su cuerpo tanto como yo y eso me pone en un estado de disfrute, quiero ser un miembro activo en ese juego, pero no puedo.
La incapacidad de moverme me frustra tanto que no puedo negar la desesperación, intento pedir que me desprendan de mis ligaduras, pero solo consigo que mi amante me haga silenciar introduciendo su pene en mi boca, lo mete con destreza una y otra vez llegando más profundo de mi garganta y haciendo que las arcadas afloren, no me gusta la sensación, las arcadas son desagradables e intento deshacerme de esa felación, pero es imposible, me sujeta la cara con tantas ganas haciéndome tragar su pene entero, y entendiendo que mi repulsa se convierte en estimulo para él, intento frenar mi desespero y me sumo a su goce dejando de luchar e intentando hacer que el momento sea lo mas estimulante posible, para el.
Trago y chupo cada vez más rápido y con más ganas, a conseguido introducir todo su pene hasta el fondo disfrutando. Ahora mi saliva se junta a su carne caliente, convirtiéndose en un cóctel delicioso, ahora me gusta sentir mi boca llena con el pene de mi amante con todas y cada una de las partes de sus atributos masculinos, me rellena hasta con sus testiculos.
Me ofrece su ano y yo le introduzco un dedo al tiempo que tiene su pene en mi garganta, me como su pene con hambre perruna...de pronto, unos brazos me dan la vuelta y me ponen de rodillas con la cara apoyada sobre el colchón. Entendí lo que me esperaba, mi culo va a ser ahora su objetivo y eso es lo que pasa, el pene de mi amante se posa sobre mi ano y entra despacio y poco a poco con todo el cuidado, hasta tenerlo todo dentro de mis entrañas, me duele un poco pero el dolor es soportable y mezclado con morbo y mucho placer. El estado en el que me encuentro es de una sumisión total y muy placentera, una mano me acaricia las nalgas y se pasea por toda mi espalda hasta llegar a mi boca, chupo y muerdo sus dedos y el consuelo de esa caricia hacen más llevaderas las embestidas que me da por detrás.
Alguien me levanta la cara y me besa tiernamente, como si quisiera aliviar mi feliz tormento, mi lengua es nuevamente secuestrada por la boca de ella y sus caricias son de nuevo centro de mi regocijo, noto que se sienta frente a mí y conduce mi cabeza hasta su pubis.
Sus piernas forman un ángulo y en su vértice me encuentro yo, disfrutando del sexo que me como, su sabor y su olor son agradables, intento hacer bien mi trabajo y lamo su clítoris con la punta de mi lengua, primero despacio apenas rozando un poco su suave piel y produciendo los primeros gemidos de placer, eso me da pie a seguir degustando esa fruta prohibida, y chupo y me como su carne sabrosa con glotonería, tengo sed y bebo de sus flujos con mi lengua, que se introduce una y otra vez en su vagina candente, sus suspiros y gemidos se suman a los míos que se ahogan entre sus piernas, y entre los tres montamos un numero espectacular.
Ella se está corriendo en mi boca, es una sensación increíble...quiero devolverle todo el placer que me dio a mi antes y sigo chupando y lamiendo con ganas locas, quiero que su orgasmo se una a mí como si quisiera tragarlo y disfrutarlo yo también, mientras mi amante me esta penetrando a fondo por mi ano que ya lo tengo del todo dilatado y no siento ni el mínimo dolor, solo placer.
Mi boca mojada y llena de su humedad es ahora saboreada por varias lenguas, somos tres disfrutando de su sabor, los labios se chupan y mi lengua es absorbida y lamida por ambos como si quisieran arrancar ese buqué de mí, pero es imposible...yo me relamo y lo disfruto a solas, ese gusto ha sido mío y no quiero compartirlo con nadie.
Estoy muy excitada necesito correrme no puedo más y un fóllame, fóllame sale de mi boca. Necesito sentirme llena por mi vagina:
"Sácalo de mi ano"
Mi suplica es atendida y el pene de mi amante penetra en mi vagina tan fácil y rápidamente que casi no puedo evitar un gemido de desahogo, lo necesito y lo disfruto abriendo bien las piernas y consiguiendo que la entrada de su pene sea total. Entra y sale de mí con fuerza, llegando una y otra al fondo de mi vagina mientras ella introduce un dedo en mi ano, produciéndome un placer sin igual.
El éxtasis llega repentinamente, y, entre gritos, consigo un orgasmo salvaje, casi gritando de placer.Me desplomo en la cama, con las piernas lo mas juntas que puedo para seguir disfrutando de mi orgasmo, apretando mi clítoris entre ellas y consiguiendo unos segundos mas de gloria.
Un beso consigue sacarme de mi profunda abstracción y una mano abre mi boca ofreciéndome el pene caliente que hace segundos estaba hincado en lo más profundo de mi ser. Lo beso y le ofrezco mi lengua y mis labios como gratitud, lo chupo con ansias encontrándome de repente con otra boca que hace lo mismo, la disputa entre bocas y lenguas se hace presente...las dos queremos el obsequio de su leche caliente, la recompensa, lo mas preciado para ese momento de goce, oigo los gemidos que me avisan del acontecimiento...su pene se hincha...el glande está brillante y gordo en nuestras bocas y...explota a borbotones, salpicándonos con semen la boca y la cara de las dos.
Por fin la venda cae de mis ojos, la luz me ciega y veo la cara de la mujer que tanto placer me ha dado. Sin decir nada, nos unimos en un beso apasionado mezclando y compartiendo el semen, regalo que nos ha dado mi amante.
El semen se mezcla con el sabor de su boca y se convierte en el mejor de los postres para un festín completo....
Esa es la situación en la que me encuentro, completamente desnuda de cuerpo y prejuicios, las caricias de mi amante se hacen necesarias, pero no llegan, la espera se hace insoportable, me siento observada, pero mi voz se queda muda, no pregunto, no quiero estropear el momento. Mi mente empieza a cuestionarse cosas de las que no obtengo respuesta y la imaginación salta con su mágico resorte, imagino a mi amante contemplándome, quizás se masturba mientras me mira...le veo sentado en el sillón con su pene en la mano y repasando cada centímetro de mi cuerpo con la mirada, me empiezo a excitar con esa situación y abro mis piernas para ofrecerle una mejor visión de mi sexo más intimo.
Por fin una caricia hace acto de presencia los dedos de mi amante rozan uno de mis pies, la huella de esa caricia hace que mis sentidos se despierten, que aflore por fin las ganas de sentir más, mucho más, lo quiero todo y espero que mi amante me lo de.
La humedad de su lengua resbala por los dedos de mis pies, por mis piernas, y llegan a mis muslos haciendo que me estremezca, una sacudida, la primera de muchas se desliza por mi espalda y consigue que mi sexo se bañe, se moje, preparándose para la gloria que me espera
Tengo la cara de mi amante incrustada entre mis piernas lamiendo y ofreciéndome las caricias bucales más placenteras, su boca es una maravilla, nunca me había ofrecido semejante placer con su lengua, quizás es la situación, así atada y con los ojos tapados, mis sentidos están más despiertos y percibo su boca diferente a otras veces, más experta quizás, tocando con destreza y estimulando mi clítoris y mi vagina haciéndome saltar de mi lecho con cada roce de su lengua.
Aprieto mis piernas aprisionando su cabeza contra mi pubis rasurado, pero mis muslos son separados con fuerza, obligándome, imponiéndome su deseo de tenerme a su merced, no puedo más, estoy al borde del delirio y le aviso con gemidos y gritos viscerales que salen de mi garganta sin remedio alguno.
Una mano me silencia la boca, impide expresar mi gozo, intento desprenderme de ella para poder gritarle a la cara, me estás matando de placer, quiero correrme en tu boca ya, lo quiero ya no aguanto mas.
Al no poder hacerlo muerdo una y otra vez la mano que me tapa la boca, la desesperación se suma a mi disfrute y consiguen el estallido final que tanto anhelo, el orgasmo llega y sufro por no poder expresarlo, la sensación es extremadamente explosiva y después de la cima orgasmica, llega la plenitud y el sosiego, quedando vencida y agotada.
Estoy reposando mi cuerpo desplomado sobre mi lecho y mis gritos ahogados por la mano de mi amante que ahora se convierte en caricias sobre mi cara y cuello, mis hombros y pechos, caricias delicadas, distintas a las de siempre, esas dudas seguían centrándome en los recuerdos, no podía creer que esas manos fueran las mismas que tantas veces desataban mis estímulos, como describir el tacto, como exponer el contacto en pocas palabras, no sé como hacerlo, pero esas manos no eran las mismas de siempre.
Por fin el misterio se descubre, un pecho femenino se posa sobre mi boca, la sorpresa hace un hueco al morbo y entre los dos forman una ligadura muy sensual, mi lengua se desliza por ese pezón, tímidamente pero con curiosidad por ese objetivo nuevo para mí, y sin ningún escrúpulo chupo y disfruto del seno de mi amante desconocida, de nuevo suspiros y gemidos, pero está vez no son los míos, sentada sobre mí, percibo la humedad de su vagina sobre mi piel e intento hacer lo posible para devolverle el disfrute que ella me ha dado antes, ahora estoy segura que ha sido ella la que me ha hecho temblar de placer, que su lengua femenina, ha sido el regalo más preciado que podía darme en ese momento y quiero devolvérselo.
Nuestras lenguas se unen, jugando dentro y fuera de mi boca, nuestros cuerpos siempre en contacto. Tumbada sobre mí, mi clítoris se frota contra el suyo produciéndome mucha excitación, vuelvo a mojarme y ha disfrutar de mi sumisión...las caricias se reparten por todo mi cuerpo, pero ahora son varias manos las que tocan mis pechos y se introducen unos dedos en mi vagina, escucho sus gemidos femeninos y sin equivocarme, presiento que mi amante juega con ella, disfruta de su cuerpo tanto como yo y eso me pone en un estado de disfrute, quiero ser un miembro activo en ese juego, pero no puedo.
La incapacidad de moverme me frustra tanto que no puedo negar la desesperación, intento pedir que me desprendan de mis ligaduras, pero solo consigo que mi amante me haga silenciar introduciendo su pene en mi boca, lo mete con destreza una y otra vez llegando más profundo de mi garganta y haciendo que las arcadas afloren, no me gusta la sensación, las arcadas son desagradables e intento deshacerme de esa felación, pero es imposible, me sujeta la cara con tantas ganas haciéndome tragar su pene entero, y entendiendo que mi repulsa se convierte en estimulo para él, intento frenar mi desespero y me sumo a su goce dejando de luchar e intentando hacer que el momento sea lo mas estimulante posible, para el.
Trago y chupo cada vez más rápido y con más ganas, a conseguido introducir todo su pene hasta el fondo disfrutando. Ahora mi saliva se junta a su carne caliente, convirtiéndose en un cóctel delicioso, ahora me gusta sentir mi boca llena con el pene de mi amante con todas y cada una de las partes de sus atributos masculinos, me rellena hasta con sus testiculos.
Me ofrece su ano y yo le introduzco un dedo al tiempo que tiene su pene en mi garganta, me como su pene con hambre perruna...de pronto, unos brazos me dan la vuelta y me ponen de rodillas con la cara apoyada sobre el colchón. Entendí lo que me esperaba, mi culo va a ser ahora su objetivo y eso es lo que pasa, el pene de mi amante se posa sobre mi ano y entra despacio y poco a poco con todo el cuidado, hasta tenerlo todo dentro de mis entrañas, me duele un poco pero el dolor es soportable y mezclado con morbo y mucho placer. El estado en el que me encuentro es de una sumisión total y muy placentera, una mano me acaricia las nalgas y se pasea por toda mi espalda hasta llegar a mi boca, chupo y muerdo sus dedos y el consuelo de esa caricia hacen más llevaderas las embestidas que me da por detrás.
Alguien me levanta la cara y me besa tiernamente, como si quisiera aliviar mi feliz tormento, mi lengua es nuevamente secuestrada por la boca de ella y sus caricias son de nuevo centro de mi regocijo, noto que se sienta frente a mí y conduce mi cabeza hasta su pubis.
Sus piernas forman un ángulo y en su vértice me encuentro yo, disfrutando del sexo que me como, su sabor y su olor son agradables, intento hacer bien mi trabajo y lamo su clítoris con la punta de mi lengua, primero despacio apenas rozando un poco su suave piel y produciendo los primeros gemidos de placer, eso me da pie a seguir degustando esa fruta prohibida, y chupo y me como su carne sabrosa con glotonería, tengo sed y bebo de sus flujos con mi lengua, que se introduce una y otra vez en su vagina candente, sus suspiros y gemidos se suman a los míos que se ahogan entre sus piernas, y entre los tres montamos un numero espectacular.
Ella se está corriendo en mi boca, es una sensación increíble...quiero devolverle todo el placer que me dio a mi antes y sigo chupando y lamiendo con ganas locas, quiero que su orgasmo se una a mí como si quisiera tragarlo y disfrutarlo yo también, mientras mi amante me esta penetrando a fondo por mi ano que ya lo tengo del todo dilatado y no siento ni el mínimo dolor, solo placer.
Mi boca mojada y llena de su humedad es ahora saboreada por varias lenguas, somos tres disfrutando de su sabor, los labios se chupan y mi lengua es absorbida y lamida por ambos como si quisieran arrancar ese buqué de mí, pero es imposible...yo me relamo y lo disfruto a solas, ese gusto ha sido mío y no quiero compartirlo con nadie.
Estoy muy excitada necesito correrme no puedo más y un fóllame, fóllame sale de mi boca. Necesito sentirme llena por mi vagina:
"Sácalo de mi ano"
Mi suplica es atendida y el pene de mi amante penetra en mi vagina tan fácil y rápidamente que casi no puedo evitar un gemido de desahogo, lo necesito y lo disfruto abriendo bien las piernas y consiguiendo que la entrada de su pene sea total. Entra y sale de mí con fuerza, llegando una y otra al fondo de mi vagina mientras ella introduce un dedo en mi ano, produciéndome un placer sin igual.
El éxtasis llega repentinamente, y, entre gritos, consigo un orgasmo salvaje, casi gritando de placer.Me desplomo en la cama, con las piernas lo mas juntas que puedo para seguir disfrutando de mi orgasmo, apretando mi clítoris entre ellas y consiguiendo unos segundos mas de gloria.
Un beso consigue sacarme de mi profunda abstracción y una mano abre mi boca ofreciéndome el pene caliente que hace segundos estaba hincado en lo más profundo de mi ser. Lo beso y le ofrezco mi lengua y mis labios como gratitud, lo chupo con ansias encontrándome de repente con otra boca que hace lo mismo, la disputa entre bocas y lenguas se hace presente...las dos queremos el obsequio de su leche caliente, la recompensa, lo mas preciado para ese momento de goce, oigo los gemidos que me avisan del acontecimiento...su pene se hincha...el glande está brillante y gordo en nuestras bocas y...explota a borbotones, salpicándonos con semen la boca y la cara de las dos.
Por fin la venda cae de mis ojos, la luz me ciega y veo la cara de la mujer que tanto placer me ha dado. Sin decir nada, nos unimos en un beso apasionado mezclando y compartiendo el semen, regalo que nos ha dado mi amante.
El semen se mezcla con el sabor de su boca y se convierte en el mejor de los postres para un festín completo....
2 years ago