Septiembre 2013

A mediados de septiembre todavía me encontraba un par de veces a la semana con el padre Apolinar; frente al portal de mi casa está la tienda de ropa de Javier, amigo de mi hermano y diez años más joven que yo, vive en el mismo edificio en el que yo vivo, justamente un piso encima del mío; celoso de su intimidad, aunque no había dado motivos para que se hablara de ello se comentaba que se movía en el ambiente gay. Siempre ha habido buen "feeling" entre nosotros aunque también es cierto que nunca se me hubiera ocurrido pensar en una aventura entre él y yo.
Era un sábado y coincidimos a la puerta de su tienda cuando iba a cerrar a mediodía. Hacía pocas semanas que se había enterado de mi divorcio a través de mi hermano, alargamos tanto la conversación que acabamos entrando en un bar cercano y para cuando quisimos darnos cuenta era más la hora del café que la de comer. Sin apetito después de un par de pinchos, al subir en el ascensor pulsó por inercia el botón de su piso, ambos nos dimos cuenta al parar el ascensor pero la conversación seguía viva y acepté tomar un café en su casa.
Supongo que Javier notó algo en mi: la manera de mirarle al hablar... la forma de sentarme.... no sé, siempre había sido conmigo amable y especialmente educado y correcto. Estábamos sentados en el sofá hablando de su tienda, de moda, de ropa... del tipo de ropa que a él le gustaba y de lo que en su opinión a mi me quedaría bien. Yo estaba sentada recostada de perfil en el respaldo del sofá, mi cabeza apoyada en mi mano izquierda cuyo brazo se apoyaba en el respaldo del sofá, la pierna izquierda subida en el sofá con la rodilla puesta en él; mientras Javier me decía que cosas le gustaban de la moda femenina extendió el brazo y su mano quitó alguna pelusa que estaba sobre la rodilla que tenía sobre el sofá... posiblemente notó mi reacción, como si hubiera sentido un calambre y dejó su mano puesta allí, repiqueteó con sus dedos y presionó levemente con ellos mi corva... hubo unas décimas de segundo de silencio absoluto que a mi me parecieron horas y lentamente disminuí la curva que hacía mi pierna doblada. Ello sirvió para que Javier se aventurase poco a poco con sus dedos sobre mi pierna, le sentía llegar al límite y separé ligeramente las piernas unas décimas de segundo antes de que lograse acariciar sobre la tela de mi lencería mis labios íntimos. Sonreí antes de decirle que era muy sensible a determinadas caricias e iba a hacerme correr en pocos segundos, deslizando su cuerpo sobre el sofá se aproximó más a mi, alargué mi brazo y acaricié su paquete por encima de la tela de su pantalón, le dije entonces que en los mentiremos del barrio se decía que era gay. Sonrió, acababa de apartar levemente mi tanga y estaba acariciando mi clítoris, bajó la cremallera de su pantalón y antes de besarme me dijo en forma de pregunta si ello suponía algún prejuicio para mi... acepté su beso respondiendo a él con mi lengua en su boca y mi mano ya dentro de su pantalón acariciando su verga, ¡ Dios ! como me estaba poniendo y como me gustaba advertir que estaba totalmente depilado.

¡Hostia! cuando nos desnudamos no podía creer lo que estaba viendo, Javier estaba totalmente depilado, no había un solo pelo en su cuerpo; yo me mantenía recostada en el sofá a medio tumbar con mi cabeza en el respaldo, Javier estaba arrodillado en el suelo lamiendo mi raja y succionando mi clítoris, nuestros cuerpos estaban a la altura ideal y mientras sus labios me besaban en la boca antes de deslizarse a mis pechos le sentí entrar... aceleró desde el segundo uno, en menos de dos minutos comencé a correrme como una cerda, en uno de sus rápidos mete-saca su polla se salió de mi, me moví ligeramente porque mis flujos estaban manchando su sofá, mientras su glande rozaba mis labios vaginales resbalándose con mis jugos Javier me dijo que no me imaginaba tan caliente, me dijo que intuía que le iba a gustar más de lo que él mismo pensaba y mientras hablábamos había extendido mi brazo y le había agarrado la polla, aprovechando situación la aproximé a mi cuerpo frotándome con su glande, su rostro mostró sorpresa y sonrió maliciosamente cuando se percató de que esta vez estaba arrimando su glande a mi ano.... empujó lentamente y ambos nos sorprendimos por la facilidad con la que se metió dentro de mi, dejé escapar un prolongado suspiro mientras su verga desaparecía dentro de mi ano y sus manos, colocadas en la cara interna de mis muslos acariciaban y separaban mis labios vaginales mientras con mis dedos me masturbaba frotando mi clítoris. Esta vez bombeaba despacio, a la cuarta o quinta vez comencé a correrme de nuevo y a su vez comencé a perder el control, le dije que no iba a salir de su casa en todo el fin de semana; sin parar de limar las paredes de mi ano con su verga me preguntó si me gustaban los tríos. Le dije que jamás había hecho uno, antes de continuar la conversación dijo que estaba a punto de correrse, si le dejaba vaciarse dentro de mi; por toda respuesta empujé mis nalgas con más intensidad hacia él, Javier aceleró su vaivén, volvió a preguntarme por el trío, esta vez había alargado su brazo y tenía en teléfono en la mano, sonreí y él entendió mi conformidad. Habló con alguien, por la conversación entendí que era una persona con la que se veía habitualmente porque aclaró que había con él una mujer que quería conocerle, le preguntó que si le apetecía......

Nada más colgar empujó un poco más intensamente su cuerpo contra el mío y le sentí vaciarse, incorporándose un poco colocó sus manos agarrando fuertemente mis nalgas y me levantó en vuelo, en el mismo instante en el que sentía su tercera descarga dentro de mi, luego se sentó en el sofá conmigo empalada sobre él, sin haber perdido un ápice la dureza de su verga comenzó a joderme casi con violencia mientras sus dedos estaban aferrados a mis nalgas y su boca literalmente comía la mía cambiando de vez en cuando a mis pechos..... al menos se mantuvo duro cinco minutos más y estuvo dentro cerca de otros díez mientras su polla iba aflojándose poco a poco..... cuando ocurrió esto se deslizó bajo mi cuerpo de modo que ahora tenía mi coño justamente sobre su cara, sacó la lengua y realizó la mejor limpieza de coño que jamás nadie me había hecho.
Nos quedamos abrazados en el sofá, mi mano meneaba su polla tratando de recuperarla; Javier me pidió calma, me dijo que al menos le quedaban dos descargas más y en menos de una hora estaría allí Brandon, a pesar de su nombre, era un joven colombiano de 20 años compañero de juego sexuales de Javier desde hacía un par de años.





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Published by maduranorte
4 years ago
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Badboym8
Badboym8 2 years ago
wow
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parkin 2 years ago
Love that sexy ass inn werry nice lingeries 🤩
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idreamofmommy 3 years ago
Great ass
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greatblonde 3 years ago
excelente relato, me encantó y excitó
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jabaliblanco
jabaliblanco 4 years ago
que morbo
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Fedhill49
Fedhill49 4 years ago
That’s a Yummy Ass!
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comilla
comilla 4 years ago
fabuloso, tu historia y tu foto, me han puesto la polla super dura
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