Entre tus muslos...

Te ato las manos a tu espalda. Con delicadeza, para que no te queden marcas rojas en tu suave piel. Te volteo boca arriba y entonces tu mirada suplica que no te cubra los ojos. Ya sé que tu morbo infernal pretende ver todo lo que voy a hacerte.
Pero tu boca no se va a salvar. Te amordazo con ese mismo pañuelo, así podrás gritar y aullar todo lo que quieras, sin escandalizar a mis vecinos…
Sonrío al verte así tan entregada a mis deseos. Te arranco esa diminuta tanga y te obligo a abrir tus sedosos muslos; mientras mi cabeza se zambulle entre ellos.
Mi cara encuentra tu pubis delicadamente depilado y pronto oigo tus gemidos sofocados por la mordaza, mientras mi lengua lubrica tus suaves labios vaginales.
Me hundo más y acaricio tu clítoris inflamado. Ahora tu cuerpo tiembla; se tensa; se estira y vuelve a quedar laxo mientras sigo lamiendo dentro de la humedad de esa hermosa gruta.
Te miro a los ojos y veo que estás llorando; pero son lágrimas de placer. Ya ni siquiera te oigo gemir; tu cuerpo vuelve a temblar y esta vez siento que acabas en mi boca.
Me deslizo hacia atrás sobre tus curvas temblorosas, mi piel sobre tu piel.
Me coloco ese arnés que me regalaste para mi último cumpleaños. Tus ojos abiertos de par en par no expresan nada; pero tus suaves gemidos ahogados, me indican que te gusta lo que estás viendo.
Me deslizo hacia adelante y mis manos acarician tu cintura mientras entro en tu dulce vagina humedecida. Te encanta el vaivén de mis caderas; puedo notarlo en tus suspiros que quedan perdidos dentro de esa tela negra.
Te miro a los ojos y tu mirada me devuelve solo lujuria. Pura lujuria, mientras me sigo balanceando, rozando suavemente tu pubis con el peso de mi cuerpo…
Publié par sandritamdq
il y a 3 ans
Commentaires
ou pour publier des commentaires